Según la Justicia del estado de Virginia, Estados Unidos, Roberto Inzitari, de 48 años, había ideado un modus operandi ingenioso: en cajeros automáticos, solía insertar un dispositivo que bloqueaba las tarjetas. Así, se acercaba a sus víctimas con la excusa de ayudarlas, memorizaba sus PIN. Tras varios intentos infructuosos, las personas se retiraban, frustradas. Entonces, Inzitari destrababa los cajeros y procedía a retirar dinero en efectivo.

Entre 2002 y 2003, Inzitari ocasionó un daño estimado de cien mil dólares. La policía de ese país le secuestró en un allanamiento varios dispositivos electrónicos. Fue liberado bajo la promesa de presentarse ante las autoridades estatales. Pero no cumplió.

Las autoridades de los EEUU emitieron una orden de captura internacional con fines de extradición. Esta semana, personal de la división Interpol de la Policía Federal, tras una tarea investigativa supervisada por Sergio Berni, apresó a Inzitari en Rosario.

Interviene en el expediente el juez Norberto Oyarbide, con la secretaría No. 9 de María Laura Barsanti. No fue la única captura reciente de Interpol en Argentina: se apresó la semana pasada a un ciudadano ruso, también en Rosario y acusado de fraude.