“María y César” inaugura en el Sor Josefa Díaz y Clucellas
En el Museo Municipal de Artes Visuales “Sor Josefa Díaz y Clucellas” se pondrá en exposición una muestra compuesta de pinturas y cerámicas de César López Claro, objetos adquiridos durante los viajes junto a María Herminia Brizzi y fotografías de ambos, en un homenaje a su vida en común. El miércoles 12 de agosto a las 20 será la inauguración, y luego podrá visitarse hasta el 7 de septiembre, siempre con entrada libre y gratuita.
En un homenaje a la vida en común del artista plástico César López Claro y la artista, profesora, bailarina y coreógrafa María Herminia Brizzi, el Museo Municipal de Artes Visuales “Sor Josefa Díaz y Clucellas” (San Martín 2068) pondrá en exposición la muestra “María y César. Un horizonte compartido”. Se trata de una puesta integrada por pinturas y cerámicas de distintos períodos de la obra de López Claro -muchas de ellas nunca antes exhibidas-, objetos adquiridos por María en los viajes de la pareja y fotografías de su vida juntos; patrimonio del MMAV y de la Casa Museo César López Claro. La inauguración será este miércoles a las 20, y en la ocasión los artistas Ricardo Rojas, Claudia Fusari y Miryan Burgués realizarán una acción performática. Luego, podrá visitarse hasta el 7 de septiembre, siempre con entrada libre y gratuita. Los horarios en los que la sala abre al público son, de lunes a viernes, 8.30 a 12.30 y 16 a 20, sábados 9.30 a 12.30 y de 17 a 20, y domingos y feriados de 17 a 20.
La construcción de la obra
La muestra hace foco en la vida compartida de César y María como pareja y como artistas, y propone detenerse en los elementos que rodean sus obras, para leer entre líneas el proceso de construcción de las mismas. “En la estética de López Claro, en sus pinturas y cerámicas, se pueden reconocer los recuerdos, artesanías y otros objetos adquiridas en los viajes junto a María. Ellos construyeron sus obras artísticas en vida, fusionándose”, dice Abel Monasterolo. Las fotos pertenecer a impresiones de la parte más íntima de la vida de la pareja, viajes, reuniones sociales y encuentros con amigos, muestras y el trabajo en el taller.
Vida en común
Para adelantar la muestra, un texto de César Carli preparado especialmente recuerda el momento en que la pareja sale de la estación de tren y se asienta en el barrio Guadalupe, que en aquel momento era habitado por quinteros y unos pocos vecinos, un “lugar propicio para los poetas, los escritores y los pintores ansiosos por esos tranquilos rincones bucólicos atiborrados de naranjales y montecitos canoros”. “César y María, pintor de Azul él, ya destacado, acompañado por la delicada y menuda silueta de ella, que no obstante haber obtenido los lauros en Bellas Artes en Buenos Aires mostraba el sutil e inconfundible perfil de una bailarina de ballet. Juntos desde que en 1942 decidieran compartir una existencia plena, densa, que como la de todos los intelectuales comprometidos estuvo plagada de vicisitudes que no obstante no lograron apartarlos”, afirma Carli.
Siguiendo la vida de la pareja, Carli agrega que en los números viajes que hicieron juntos, él recibió galardones en todos lados, España, Bélgica, Suecia, Dinamarca y ella, dejó su huella creando Institutos y adiestrando bailarinas juveniles “con su incontenible afán pedagógico, que ponía en evidencia, calladamente, con discreto sigilo, cuando César ponía a su consideración las telas y sus numerosas creaciones”. “Ya consagrados, personajes de documentales cinematográficos, protagonistas de numerosas bibliografías, admirados por la gente y la crítica especializada, César y María deciden dejar todo, casa obras materiales e inmateriales y regalárselas a la comunidad. Y entonces, cuando se estaba por cerrar el telón, sin ninguna reverencia quedó flotando en el ambiente el resumen de esas vidas que nos enorgullecen y que parecieran decir: ¡Misión cumplida!”.