El acto de lanzamiento de la candidatura del dirigente Ricardo Pignanelli para ocupar la titularidad del sindicato de mecánicos de Smata logró ayer lo que nadie en mucho tiempo: unir en un mismo escenario a los principales sectores enfrentados en la interna de la CGT.

La foto del encuentro mostró a Hugo Moyano compartiendo el mismo palco junto a referentes del grupo de los “gordos”, uno de los sectores más críticos a su conducción, y aportó la presencia del ministro de Economía y candidato a vicepresidente, Amado Boudou, una participación que puso en evidencia la buena relación del Gobierno con el flamante postulante a conducir los destinos del gremio que agrupa a los trabajadores de las terminales automotrices.

El propio Boudou, que llegó a la cita en el Luna Park acompañado por su par de industria, Debora Giorgi, fue el encargado de cerrar el encuentro con un discurso en el que garantizó la profundización del modelo kirchnerista en caso de un triunfo de Cristina Fernández en las elecciones del 23 de octubre y atacó duramente a la oposición. “Vine a traerles un gran saludo de la presidenta”, dijo el ministro en un claro gesto de respaldo a la candidatura de Pignanelli, y hasta se apoyó en los dichos del dirigente, quien lo precedió en la palabra, para desgranar sus críticas hacia el Fondo Monetario Internacional (FMI). “Minga al FMI”, desafió

El funcionario repasó los beneficios logrados por los trabajadores y aseguró su continuidad en un eventual nueva gestión kirchnerista. “No puede haber nada más importante que participar de un encuentro como este con los trabajadores. A partir del 11 de diciembre, con Cristina, ni un paso atrás del modelo”, subrayó en medio de los aplausos de los afiliados gremiales que colmaron las instalaciones del Luna Park.

Minutos antes, Pignanelli agradeció el apoyo a su postulación para acceder por primera vez a la conducción del Smata y ratificó su fuerte adhesión a la gestión K. “Si dicen que somos kirchneristas porque apoyamos el modelo industrial, sí somos kirchneristas, porque no nos olvidamos cuando no teníamos ni monedas para viajar”, enfatizó. Pero uno de los párrafos más significativos de su discurso, especialmente por la presencia conjunta de Moyano y varios referentes de los “gordos” como Carlos West Ocampo y Héctor Daer, en el acto, estuvo dirigido a la interna de la CGT: El dirigente rechazó los comentarios periodísticos sobre su supuesto distanciamiento del camionero y reiteró su compromiso de trabajar por la unidad del movimiento obrero.

Luego del acto, en una charla con El Cronista, Pignanelli aclaró ese objetivo y sostuvo su convicción de que “la unidad de concepción de la CGT está por encima de todo”, en clara alusión a las disputas internas por la sucesión de Moyano al frente de la entidad. “Tenemos que tratar de unificar la CGT porque más que nunca es lo que necesita el país. Siempre hay desaveniencias pero es posible si salimos todos para el mismo lado”, razonó y consideró que “el nombre puede ser cualquiera”. “Hay que respetar a todos los dirigentes”, pidió.

Además, el dirigente destacó que su principal desafío como sucesor de Mario Manrique en la conducción del Smata será avanzar en la normalización de la obra social del gremio para “llegar más cerca de los afiliados con la atención” y seguir trabajando con el Gobierno por la “nacionalización de la fabricación de autopartes” para asegurar “más puestos de trabajo y equilibrio de la balanza comercial”, apuntó.