Estrés: responsable de romper con la dieta
Empezar con una dieta es fácil, lo difícil es mantenerla, lograr ese autocontrol y voluntad para renunciar a los placeres presentes en pos de beneficios futuros. Es muy común caer en la tentación, muchas veces eligiendo un alfajor antes que una manzana.
En ese sentido, científicos del Laboratorio de Investigación de Sistemas Neuronales y Sociales de la Universidad de Zurich, Suiza, se propusieron averiguar el porqué de la falta de autocontrol y el rol del estrés en esta inconstancia y en el aumento de peso. Los resultados bien podrían ser una justificación a esta conductas, es que encontraron que un mínimo porcentaje de estrés puede alterar el funcionamiento del cerebro socavando la fuerza de voluntad.
Para el estudio, publicado este mes en la revista Neuron, los investigadores reclutaron a 51 hombres jóvenes que intentaban mantener una dieta y un estilo de vida saludable. Fueron divididos en dos grupos, uno de los cuales sirvió de control, y se les pidió que observaran imágenes de diferentes tipos de alimentos en una pantalla, clasificándolos por gusto y salubridad.
A continuación, se les dijo a los hombres en el grupo experimental que metieran la mano en un recipiente con agua helada durante todo el tiempo que fuera posible (una prueba muy conocida que sirve para inducir un leve estrés fisiológico y psicológico). En relación con el grupo de control, estos hombres desarrollaron niveles elevados de cortisol, la hormona del estrés.
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Luego, los integrantes de cada grupo se sentaron en una máquina de escaneo cerebral y vieron imágenes de pares de alimentos -algunos sanos y otros no tanto- que aparecían y desaparecían rápidamente en una pantalla. Se pidió a los sujetos que hicieran click con rapidez en la comida que elegirían para comer en ese momento, sabiendo que al final de la prueba realmente comerían alguna de las elecciones.
En la comparación de ambos grupos se descubrió que los que habían experimentado recientemente este leve estrés eran mucho más propensos a elegir alimentos poco saludables pero sabrosos que los del grupo de control -determinado por el nivel de cortisol-.
EL RESULTADO INDICA QUE CUANTO MAYOR ES EL ESTRÉS MAYOR ES LA ATRACCIÓN A COMIDAS AGRADABLES AL PALADAR.
Los hombres estresados mostraron más actividad en partes del cerebro relacionadas con el disfrute de los alimentos sabrosos y menos mensajes neuronales en una parte del cerebro que afecta a la planificación a largo plazo. El estrés producido por el agua helada había amplificado en el cerebro el sabor percibido de alimentos poco saludables y disminuyó la capacidad de considerar el futuro, lo que reduce el autocontrol. Por eso, al momento de romper una dieta solo importa satisfacer el deseo actual sin pensar en las consecuencias.
Desde un punto de vista evolutivo, estas respuestas neurológicas tienen mucho sentido, según los autores del estudio. Los animales en situaciones de estrés se centran en sus condiciones inmediatas, no en las secuelas. En la actualidad, donde cada vez más personas sufren de estrés, es normal buscar refugio en actividades que produzcan placer, por ejemplo la comida. "No tiene porqué ser así: cuando uno se enfrenta con el estrés debe simplemente pensar una mejor ruta de acción", señala Todd Hare, el autor principal del estudio. Y aconseja: "Si usted sabe que va a tener dificultades para resistir, sencillamente no almacene ningún aperitivo en su casa".