Argentina sueña con organizar el Mundial de Rugby en 2023
Agustín Pichot, ex capitán de Los Pumas y actualmente directivo de la Unión Argentina de Rugby, planea elevar la candidatura a la IRB, máximo organismo internacional del deporte
Los grandes resultados cosechados desde 1999 hasta este momento no han sido en vano para el seleccionado argentino de rugby, que finalmente consiguió participar el año próximo en una competencia internacional anual, más precisamente en el Cuatro Naciones, que a partir de 2012 se llamará Rugby Championship. Pero no conforme con lo logrado, ahora pretende albergar la gran cita mundial dentro de 12 años.
Agustín Pichot, medio scrum del equipo albiceleste en los mundiales de 1999, 2003 y 2007, fue quien más peleó para que Los Pumas compitieran en el tres naciones junto a los gigantes del hemisferio sur, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia, y luego de conseguir ese triunfo, comenzó a plasmar su idea más ambiciosa: dar impulso a la Copa del Mundo Argentina 2023.
Su historia es sinónimo de perseverancia y, desde su función en la Subcomisión de Alto Rendimiento de la UAR, es uno de los hombres con más peso a la hora de las decisiones. "Me pongo desafíos de largo plazo. Poner al rugby en los Juegos Olímpicos, renovar la franquicia de 2015 para seguir en el Cuatro Naciones y lograr que el Mundial 2023 sea en la Argentina, que me encantaría y esta semana se va a plantear”, explicó al sitio canchallena.com.
“Estamos en condiciones de hacer un buen mundial. Tenemos muy buenos estadios. Estamos estudiando dos variantes: con Uruguay y Chile, o con Brasil. Primero hay que armarlo”, adelantó Pichot, quien adenás aseguró que "no es imposible" alcanzar su anhelo más ambicioso para el rugby argentino, que pese al crecimiento de la última década, aún mantiene su espíritu amateur.
Los Pumas se encuentran a un triunfo del mayor desafío de los últimos tiempos: enfrentar a los All Blacks en el Eden Park por los cuartos de final. Si bien son conscientes de que son escasas sus oportunidades de ganar, no le temen al ridículo. "Un jugador de rugby vive para jugar esos partidos. Vamos a tratar de ganar y si no, vamos a aprender. Un día tenés que empezar. Nos va a costar, sí; nos vamos a golpear, sí, pero no hay nada más lindo", concluyó.