Marta Pelloni: “La policía y la Justicia siguen encubriendo”

 A 25 años de la muerte de Ma. Soledad Morales, la hermana Pelloni reflexionó por LT10 sobre la connivencia entre el poder político, la droga y la trata de personas.

María Soledad Morales tenía 17 años y vivía en Catamarca. Un viernes fue a un baile para juntar fondos para el viaje de egresada. Nunca volvió a su casa. La Justicia determinó varios años después que un hombre llamado Luis Tula, con quien la chica tenía una relación previa, la entregó a un grupo para una fiesta de sexo y drogas, una madrugada casi de primavera. En ese grupo estaba Guillermo Luque, hijo de un diputado nacional.

María Soledad terminó muriendo por sobredosis de cocaína, tras haber sido violada. Después, sus asesinos tiraron su cuerpo al costado de una ruta, le aplastaron el cráneo con una piedra y trataron de cubrirlo torpemente con tierra y ramas. Hubo más de 50 marchas de silencio por Justicia. La Provincia –hasta entonces un feudo de la familia Saadi– fue intervenida.

Hoy, Marta Pelloni, la monja que encabezó las marchas de silencio junto a los padres de la joven, sostuvo que “el juicio fue positivo a medias porque muchos otros que participaron del secuestro y asesinato no fueron juzgados”.

Años después, asegura que se siguen dando situaciones similares, muchas veces impulsadas por el avance del narcotráfico en el país. “No se puede tener seguridad en una sociedad llena de cocinas de drogas. A Ma. Soledad la buscaron para explotarla sexualmente, drogándola. Después la asesinaron, y esas son cosas que siguen sucediendo”.

En ese sentido, remarcó “la policía y la justicia siguen encubriendo, la corrupción sigue siendo institucional y mientras no la erradiquemos vamos a seguir viviendo estas situaciones”.