Vender más pick-ups a México. La consigna impulsada por el Gobierno y algunas automotrices no es una solución definitiva para la crisis que vive el sector, pero sí un paliativo para el derrumbe de la industria brasileña, que afecta a las empresas argentinas y mexicanas por igual.

Por eso, la ministra de Industria, Débora Giorgi, se reunió ayer en Monterrey con su par mexicano de Industria y Comercio, Ildefonso Guajardo. La funcionaria mantuvo además un encuentro con varios CEO de automotrices locales. "Están muy decepcionados por la fuerte caída de las ventas y la alta ligitiosidad en Brasil", contaron fuentes oficiales a LA NACION. Esta situación abre una ventana de negocios para la Argentina, pero sólo luego del proceso electoral. Para eso, el próximo gobierno deberá recomponer la pérdida de competitividad local si quiere competir con Tailandia o Sudáfrica, dos de los países que venden en México.

A partir de la firma del quinto protocolo ACE 55, el intercambio comercial automotor entre México y la Argentina tuvo un alza de US$ 91 millones entre abril de 2014 y julio de este año (42,5%), con una suba de las exportaciones argentinas de 85,1%, que superaron, en el periodo abril a julio de este año, los US$ 84 millones. Las importaciones, en tanto, subieron 31,1%. Es claro un intercambio aún muy por debajo del que tiene el país con Brasil.

Los vehículos que se exportan son las pick-ups Ranger (Ford) y Amarok (Volkswagen), y el utilitario chico Renault Kangoo. En 2017 se sumará la nueva Hilux (Toyota). "Las exportaciones de vehículos vienen creciendo fuertemente en relación al año pasado, traccionadas por el fuerte dinamismo del mercado mexicano", explicó Gonzalo Dalmasso, especialista de Abeceb. Las pick-ups medianas que se fabrican aquí serán la oportunidad en el mercado mexicano, donde se producen, de manera mucho más competitiva, algunos de los modelos de autos medianos que se producen en la Argentina.