Después del batacazo de la italiana Roberta Vinci sobre Serena Williams en la segunda semifinal femenina, se viene el show de los varones en el US Open, con Novak Djokovic (N° 1 del mundo) vs. Marin Cilic y Roger Federer vs. Stanislas Wawrinka .

De la misma generación de Juan Martín del Potro, de hecho nacieron con un puñado de días de diferencia, Cilic tiene el incentivo de defender la corona que ganó el año pasado ante Kei Nishikori, en una final recordada por no haber tenido a ninguno de los grandes colosos. Es Cilic, en definitiva, es el de menos cartel de los mejores cuatro en Flushing Meadows. Luego de aquel gran triunfo del año pasado, no volvió a tener grandes actuaciones. Incluso, esta temporada solamente ganó 18 partidos y perdió 13 (no ganó títulos). Pero el jugador entrenado por Goran Ivanisevic poco a poco fue encontrando su mejor versión sobre el cemento neoyorquino.

"Vine al torneo sabiendo que podía jugar bien aquí y sólo necesitaba unos partidos para tomar ritmo, y eso es lo que ha pasado. Siento que estoy pegándole mucho mejor a la pelota. Terminé el partido ante Jeremy Chardy a gran nivel en el tercer y cuarto set. Y he conseguido batir a (Jo-Wilfried) Tsonga en un día exigente de calor, también a buen nivel", analizó, entusiasmado, el jugador de 26 años (celebrará los 27 el 28 del actual).

Cilic ya no es solo un poderoso sacador. Djokovic lo tiene claro, aunque el historial entre ambos es sumamente favorable para él: 13-0. El número 1 del mundo, que esta temporada ganó seis títulos (includos Wimbledon y el Australian Open; perdió la final de Roland garros con Wawrinka), aventuró: "Debe tener mucha confianza. Ganar tantos partidos seguidos te hace fuerte. Tendré que estar preparado porque saldrá muy agresivo. Así ganó el US Open el año pasado, lo vi y jugó el mejor tenis de su vida".

La segunda semifinal tiene muchos condimentos emocionales. En las últimas horas y a partir del choque entre Serena y Venus Williams, Federer dijo que agradecía no tener un hermano tenista con el que tuviera que medirse. Sin embargo, Wawrinka es, quizás, lo más similar a ese parentesco. Se conocen desde los tiempos de juniors, crecieron juntos (Wawrinka a la sombra de Federer, claro), ganaron el oro olímpicos en dobles en Pekín 2008, compartieron un centenar de ensayos, se pelearon a pocas horas de la final de la Copa Davis, lo solucionaron entre cuatro paredes y ganaron la Ensaladera. Será el encuentro número 20 entre ambos, con ventaja 16-3 para el ganador de 17 Grand Slam.

"Me gustan los partidos con Stan porque siempre significa que uno de los dos avanza en el torneo. Para los suizos es algo increíble tener a dos de sus jugadores en las semifinales del US Open, que un evento increíble, con el estadio más grande del mundo. Estamos orgullosos", explicó Federer. "En los últimos tres años me he acercado a él. Mi nivel ha mejorado muchísimo. Va a ser un gran reto, pero estoy preparado", amplió Wawrinka, sueño de un revés de una mano exquisita. Y es así como señala Stan; de hecho, en el último cruce entre ellos, en los cuartos de final de Roland Garros, el número 5 del mundo lo venció en tres sets.

En una jornada especial y emotiva para los estadounidenses por el recuerdo del atentado a las Torres Gemelas en 2001, el deporte, en este caso el tenis de Flushing Meadows, entrega un espectáculo sensacional..