La Presidenta está en Nueva York para hablar en la ONU

Adelantó un día su llegada y apenas hable ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, pasado mañana, dejará esta ciudad, a la que le dedicó asistencia perfecta en los últimos 12 años.

Cristina Kirchner emprende desde hoy su último viaje a los Estados Unidos con un tema pendiente: el fallido acuerdo con Irán. Se descuenta que hablará de la reciente resolución de la ONU que aprobó los nueve principios promovidos por su gobierno para acotar el accionar de los fondos buitre en la renegociación de las deudas soberanas. Pero la incógnita en la previa a su arribo pasaba por el enfoque discursivo que le dará a la estancada causa AMIA.

Esta vez, su discurso en la ONU la encuentra con la irresuelta muerte del fiscal que investigaba el atentado, Alberto Nisman. Hasta aquí llegaron ayer familiares de las víctimas, encabezados por Sergio Burstein y alineados al oficialismo, para sumarse a la delegación oficial. Aunque la incógnita es hasta dónde llevará el tema Cristina Kirchner, la presencia de los familiares delata que la Presidenta reinstalará el debate, sobre todo ante la vinculación entre los fondos buitre y Nisman que ella había denunciado en abril pasado, después de que así lo revelara Jorge Elbaum, ex director ejecutivo de la DAIA.

No es casual que junto con la Presidenta partiera anoche desde Buenos Aires el jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Oscar Parrilli, quien acusó recientemente al gobierno de los Estados Unidos de proteger a Antonio Jaime Stiuso, el ex expía que tras declarar ante la fiscal Viviana Fein, que investiga la muerte de Nisman, se supone que recaló en Miami. Hace un mes, Parrilli exigió al gobierno de Barack Obama que dijera "qué está haciendo Stiuso [en Estados Unidos], en carácter de qué se encuentra y cuál es el domicilio que tiene".

Cristina Kirchner podría retomar el reclamo en la sesión del lunes cuando, a las 16, hable por última vez en uno de los escenarios que siempre la deslumbró. Primero junto a Néstor Kirchner, y después durante sus ocho años, jamás faltó a esta cita.

La Presidenta pasará el fin de semana en el hotel Mandarin Oriental, frente a Columbus Circle. Cuando llegue, la zona ya habrá vuelto a la normalidad después de que ayer se vistiera de blanco y amarillo con los cientos de neoyorquinos que se acercaron para ver al papa Francisco, antes de que deje esta ciudad rumbo a Filadelfia. Al menos por la agenda que manejaban en la comitiva argentina, no había espacio para que volvieran a cruzarse.

Como muestra de un gobierno que se termina, entre las actividades presidenciales solo figura el discurso del lunes en la ONU. Cristina fue invitada para hablar mañana en un encuentro de la Secretaría de la Mujer de las Naciones Unidas, pero hasta ayer no había confirmado su asistencia y canceló una reunión con empresarios que se había pautado para el martes. El lunes tiene previsto volverse.

En la comitiva que partió anoche viajaron también el canciller Héctor Timerman y el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, el compañero de fórmula de Daniel Scioli. Se espera que el lunes llegue, en avión de línea, el ministro de Economía, Axel Kicillof, para acompañarla en el agradecimiento que hará al mundo por la resolución contra los fondos buitre.