Pasamos la mitad del día despiertos, frente a una pantalla

Computadoras, televisores, smartphones, tabletas… el trabajo, la información y el ocio nos colocan constantemente ante una pantalla. Por eso no es de extrañar que un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid haya encontrado que la mitad del tiempo que estamos despiertos lo pasamos delante de una pantalla, con lo que ello implica.

La investigación, realizada con 100 trabajadores, ha revelado que durante los días laborables el 60% del tiempo que permanecen despiertos lo pasan delante de una pantalla de algún dispositivo electrónico, bien de la televisión, una computadora, un teléfono móvil o una tablet, y el porcentaje apenas baja al 50% los días que no trabajan.

Durante 2 horas diarias estamos expuestos de forma simultánea a más de una pantalla
El estudio se llevó a cabo en un centenar de trabajadores de entre 28 y 52 años de una pequeña y mediana empresa, y los resultados muestran además cómo durante dos horas diarias estaban expuestos de forma simultánea a más de una pantalla, tanto en los días laborables como en los festivos.

Esta incidencia tan elevada es clave y para el sistema visual, que se enfrenta a unas condiciones físicas extremas. No en vano, estudios científicos recientes han demostrado cómo puede provocar daños reversibles o irreversibles según las partes del ojo a las que afecten.

Así, han demostrado que el parpadeo por minuto puede reducirse en un 30%, mientras que su amplitud también puede verse mermada en un 50% y la calidad de la lágrima también se ve afectada.

También agudiza la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo o la presbicia
Otros estudios han demostrado como también aumentan otros síntomas como fatiga de ojos (69%), picor de ojos (67%), ojos enrojecidos (43%), visión turbia (40%), ojos llorosos (38%), tirantez de ojos (19%) y quemazón de ojos (18%). Un elevado número de horas frente a las pantallas de dispositivos electrónicos también agudiza la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo o la presbicia.

Según han reconocido los autores del estudio, con Celia Sánchez Ramos a la cabeza, el riesgo es mayor en niños y adultos jóvenes, ya que poseen un menor nivel de protección en su sistema ocular que filtra la luz LED blanca que emiten estos dispositivos. Apuntan que es necesario que se protejan porque las células de la retina que forman parte del sistema nervioso central no se regeneran.