Sidicaro: “No hay homogeneidad en el 54% del oficialismo”

El sociólogo y docente de la UBA –UNL sostuvo por LT10 que esta elección significó el triunfo del personalismo. “Los razonamientos de Laclau sobre el populismo no son serios”, remarcó el autor del libro “Los tres peronismos”.

En diálogo con LT10, Ricardo Sidicaro, sociólogo y docente de la UBA –UNL, autor del libro “Los tres peronismos”, expresó que “estas fueron elecciones sin sorpresas. Todo fue muy previsible. Esta elección significó el triunfo del personalismo. El peronismo ha tenido siempre este elemento político como eje central. Pero el peronismo de Perón estaba vinculado a un estado sólido y los márgenes de variación de las decisiones estaban puesto pro las instituciones. Luego el personalismo peronista se fue haciendo más caudillesco, con líderes sindicales y territoriales que discutían con las elites locales. Todo se tenía que negociar”.

En este sentido, Ricardo Sidicaro agregó que “en el 2001, por poner una fecha mítica, cuando todo terminó de desarticularse, el personalismo pasó a un plano distinto al que habíamos conocido. Hoy tenemos un personalismo forjado en torno a dos figuras. Esto no pasó con el último Perón. Hoy, todas las decisiones pasan por Cristina Fernández”.

Consultado sobre si los Kirchner son el producto de la crisis del Estado o son una consecuencia de esta situación, el sociólogo sostuvo que “ellos son beneficiarios de la crisis del Estado en el 2001. En aquel momento de crisis se entiende que hay que tomar políticas de emergencia que deben saltear políticas institucionales. También, es verdad que nuestro país nunca tuvo mucho aprecio por las políticas institucionales. La crisis del Estado permite gobernar con escasa deliberación”.

Sobre el análisis de Ernesto Laclau vinculadas a las virtudes del populismo para romper los privilegios que cristalizan las instituciones, Ricardo Sidicaro opinó que “este no es un argumento serio. Se conocen muchas tragedias por ausencia de discusiones que no podemos tomar seriamente este pensamiento. Laclau habla en contra de la democracia. Los fascismos o los comunismos extremos de las primeras décadas tomaron estos caminos y podemos dudar mucho de la eficacia de las decisiones que toma una persona en sus pesadillas o su esplendor intelectual. Encontrar la razón entre varios es una virtud de la modernidad”.