Para Boca Juniors todos los rivales son Blandi-tos

Con dos goles del reemplazante de Viatri, el local saca una buena ventaja ante el escolta Rafaela. Y se va a nueve puntos de distancia como líder del Apertura.

Atrápame si puedes. Boca hace fácil lo difícil. Atlético de Rafaela era la amenaza en la Bombonera: escolta y con ganas de dar la sorpresa. Salió a presionar al líder y a los 4 minutos Serrano tuvo el gol. Insaurralde perdió una pelota en la salida, ante el sofocamiento que le generaba Federico González. Serrano interceptó su pase y quedó mano a mano con Agustín Orion. Era remate cruzado, pero el delantero intentó la gambeta larga y perdió una oportunidad única.

Y el que no perdonó fue Boca. Nicolás Blandi está dulce, y en la primera que tuvo la mandó a guardar. A los 6, Somoza toca hacia la derecha. Rivero prolonga para Mouche que le pasa por atrás. Centro de derecha, rasante. Blandi la pelea entre los centrales Carniello y Fontanini. Con un poco de fortuna, Blandi genera el espacio para su remate de derecha, cruzado. A la red. Boca estaba 1-0, casi de movida y estiraba su ventaja en la cima a 9 puntos. Una diferencia que ya parece inalcanzable para los demás.

Sin Riquelme, Viatri ni Cvitanich; Pochi Chávez, Blandi y Mouche se pusieron la pilcha que mejor les queda cuando se miran al espejo. El nuevo tridente le da a Boca velocidad y sorpresa, ideal para un equipo que defiende mucho y contragolpea. A los 16, otra vez Somoza corta en el medio y descarga. Pochi la lleva pegada al botín derecho, desde la derecha hacia el medio. Y en el momento justo pone el pase preciso para la diagonal de Blandi, que define de primera, de derecha y otra vez cruzado para poner el 2-0. Boca hace fácil lo difícil.

Después, a hacer lo que mejor sabe hacer el equipo. Esperar, ordenado. Controlar el balón. Defender con firmeza. Y tratar de sorprender con alguna contra. A Rafaela le costó hacerse protagonista, sin embargo intentó llegar al descuento con ataques tibios y sin convicción. Un remate desde afuera del área de Matías Fissore obligó al revolcón de Orion, el arquero menos vencido del torneo. Un susto, apenas.