Djokovic y Murray definen el Abierto de Australia
El N° 1 y 2 del mundo serán protagonistas, el domingo desde las 5.30, por cuarta vez de la final del primer Grand Slam del año; siempre venció el serbio, que, con otra victoria llegará a los seis títulos e igualará a Roy Emerson, máximo ganador en Melbourne
La sensación de déjà vu asomará inevitable. El mismo choque, idéntico escenario; se verá también si el resultado también se mantiene inalterable o será el tiempo de otra historia. Novak Djokovic y Andy Murray , números 1 y 2 del mundo, respectivamente, serán los protagonistas -por cuarta vez- de la final del Abierto de Australia , como en 2011, 2013 y 2015. Hasta aquí, siempre con victorias del serbio. El británico intentará cambiar el rumbo de un favoritismo marcado para el balcánico y tratará de agregar un trofeo nuevo de Grand Slam en su repisa. Además, claro de ponerle freno al dominio casi hegemónico de Djokovic, que tiene por delante la posibilidad de alzar un sexto título con el que igualaría a Roy Emerson como máximo campeón histórico en Melbourne. Una definición que se jugará desde las 5.30 del domingo en la Argentina (las 19.30 en esta ciudad), siempre y cuando Murray no tenga novedades familiares: si su mujer Kim Sears se apresta a tener familia, el escocés dejará Australia en el primer vuelo disponible.
Si bien se trata de un duelo entre los dos primeros del ranking, no sorprende que Djokovic cargue con el cartel de gran favorito. Supera por amplio margen (21-9) en el historial a su compañero de generación, y en los últimos tiempos alcanzó su mejor rendimiento en los torneos más importantes. En Australia, fue de menor a mayor, hasta mostrar picos de altísimo vuelo en la semifinal contra Roger Federer. Por si fuera poco, llegará al partido decisivo con un día más de descanso y menos preocupaciones extradeportivas que su adversario. Rod Laver, leyenda viva del tenis y único jugador que ganó dos veces el Grand Slam -los cuatro torneos grandes en una misma temporada-, consideró que el serbio está en condiciones de sucederlo en esa hazaña que se consiguió por última vez en 1969. "Tiene una posibilidad real de lograrlo, aunque tendrá mucha competencia. Pero es bueno para el deporte que alguien logre el Grand Slam. No es un club del que yo sea el único miembro".
Del otro lado, Murray sabe que tendrá que mejorar bastante si desea tener posibilidades. En la semifinal derrotó al canadiense Milos Raonic por 4-6, 7-5, 6-7 (4-7), 6-4 y 6-2, en un duelo que se extendió poco más de cuatro horas y que, acaso, podría haber tenido otro desenlace de no haber sido por la lesión que Raonic sufrió en el aductor derecho cuando promediaba el tercer set. El pupilo de Carlos Moya, con un juego agresivo, había puesto contra las cuerdas al escocés, pero el factor físico influyó, innegablemente, en la definición. Tras perder el primer game del quinto set con una doble falta, Raonic hizo añicos su raqueta, en una descarga de bronca y frustración. Tal como en Wimbledon 2014, el canadiense se quedó con las ganas de llegar a su primera gran final. Igualmente, es probable que en breve se gane un lugar en la mesa grande; en Australia evidenció un marcado crecimiento en su juego.
¿Qué tiene Murray para poder dar el gran impacto? Necesitará, por un lado, recuperar la memoria y la certeza de inclinar la balanza de su lado, como lo hizo en el US Open 2012 y Wimbledon 2013. Es cierto que, por entonces, Djokovic ya era un jugador completo, pero no había alcanzado el aura de invencibilidad que lo recubre ahora. Ha ganado diez de sus últimos once partidos contra Murray, que apenas alteró la racha negativa en la final del Masters 1000 de Montreal, el año pasado. Luego, deberá ajustarse desde temprano a la intensidad que propondrá el serbio, y que mostró en gran forma en los dos primeros sets contra Federer; si Murray arranca en frío como lo hizo contra Raonic, Djokovic se lo cobrará con intereses. "Jugamos muchas veces estos últimos dos años. El del año pasado aquí fue un buen partido para mí porque, en cuanto al tenis, no hubo mucha distancia entre los dos. Durante tres sets fue un partido muy cerrado. Lo mismo sucedió en Miami, en Roland Garros, y en Canadá, donde le gané. Para mí, lo más importante es mantenerme en el mismo nivel por el tiempo suficiente, no por un set aquí o allá, o unos pocos games por un rato. Necesito jugar en un alto nivel por un período largo si quiero ganar, ése es mi desafío para el domingo", explicó el británico.
Murray amplió su opinión: "Llegar a cinco finales en un torneo como este -también perdió una vez contra Roger Federer- es muy importante, son muy pocos los jugadores que llegaron a cinco finales en Australia. Desde luego, hay una decepción por perder, pero también jugué buenos partidos y me di la oportunidad de llegar lejos. No creo que mucha gente espere que yo gane el domingo, pero tengo que creer en mis posibilidades. Tengo un plan sólido, así que debo ejecutarlo y jugar bien. El pasado ya no cuenta. Hace un par de años, Stan (Wawrinka) le ganó a Nadal, con el que había perdido 13 veces. No hay una razón por la que no pueda ganar". Acaso lo mismo piensa Djokovic, que también tiene su receta y, por lo visto, con mejores resultados. Se verá, entonces, si la historia es la misma de siempre, o Australia alumbrará un nuevo campeón..