"A medio siglo del Di Tella", en el Museo de Bellas Artes

De la mano de figuras emblemáticas como Marta Minujin, Eduardo Costa, Kado Kostzer y una idea de museo dinámico, habrá proyecciones, charlas y perfomance durante una semana.

"Todas las actividades están pensadas con su correlato en la contemporaneidad- dijo a Télam el director del museo, Andrés Duprat-, porque no se trata de recordar con nostalgia sino de descubrir qué hay vigente en el presente cruzando figuras emblemáticas de ambas épocas".


De esta manera, el ciclo homenaje al mítico instituto fundado en 1958 en calle Florida 936 -la recordada "manzana loca"- abrirá con una charla entre Minujín y el curador Rodrigo Alonso, el miércoles a las 19, en el auditorio Asociación de Amigos del MNBA, ubicado en avenida Figueroa Alcorta 2280.

"El Di Tella constituyó uno de esos momentos raros de sinergia con los grandes movimientos mundiales, fue punta de lanza total", dijo Duprat, una característica que Catalina Dugli resignificará en la entrevista pública que le hará a Kostzer sobre "La generación Di Tella y otras intoxicaciones", el miércoles a las 19, en avenida Del Libertador 1473.

El viernes próximo, también a las 19 y en el mismo pabellón, Costa mantendrá un diálogo performático con María José Herrera y Ernesto Arellano sobre "la obra singular y su importancia en el arte global contemporáneo". 

El Di Tella contaba con salas de exposición, auditorio y un centro de experimentación donde se realizaron por primera vez obras de teatro con recursos inéditos como el video y la participación del público. 

 Su actividad en las artes visuales, escénicas y musicales marcó una nueva era en el arte local. 

El instituto tuvo su auge entre 1965 y 1970 como principal espacio de albergue de las vanguardias del arte y semillero de algunos de los artistas más importantes y transgresores de la época, conocidos como la "Generación del Di Tella".

En mayo de 1970, el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía lo clausuró definitivamente, luego de varios años de censuras que iniciaron con el cierre de la obra "Los baños", de Roberto Plate, durante la exposición "Experiencias 68".

Esa condición de vanguardia, "de ser uno mismo en la contemporaneidad", se reedita además, "con un museo que propone programas dinámicos centrados en su importante colección -Bellas Artes posee más de 12 mil obras de las cuales expone mil- para no ser confundido con un mausoleo", remarcó Duprat.

Así es que el ciclo aniversario del Di Tella está concebido en torno a la antología "Buenos Aires-París-Buenos Aires", de Plate, artista icónico de esa generación exiliado a Europa tras la censura durante la dictadura de Onganía, en un episodio tristemente célebre que fue coronado con el cierre de la institución.

"Corría el 68 y Plate montó unos baños públicos en calle Florida en los cuales la gente operó cómo solía hacer: escribiendo mensajes en este caso contra el gobierno militar. Eso derivó en su censura; la destrucción de las obras de sus compañeros artistas, en protesta y solidaridad; el cierre al poco tiempo del Di Tella; y el autoexilio de Plate, quien hizo toda su carrera en Europa", señaló Duprat.

 Por eso, "la muestra que es un poco una reivindicación histórica, porque ese Estado que la censuró ahora libre y democrático lo recibe en una institución pública por primera vez", será el corazón de las performances que el fin de semana próximo y el martes 8 de marzo de 17 a 20 -dando fin al ciclo- transfigurará la dinámica de propios y ajenos en las escalinatas y hall del museo. 

Estas acciones interactuarán con los visitantes, la arquitectura del museo y piezas paradigmáticas de Plate recreadas especialmente para la muestra, como "Los ascensores" (1967), "Los Baños" (1968) y "Reflejos" (1990).

Dirigidas por la coreógrafa Adriana Barenstein, las intervenciones, una de ellas audiovisual, estarán a cargo de Natacha Berezan, Luciana Demichelis, Astrid Gómez Grosschadl, Victoria Keriluk, Daniela Peez Klein, Sergio Pletikosic, Emilia Pujadas, Gustavo Slep, Patricio Zabala y Juan Pablo Amato.

"Los cuerpos son lugares de existencia, y no hay existencia sin lugar, sin ahí, sin un aquí" proponía Jean-Luc Nancy en el "Corpus" que también inspiró las performances que buscan "hacer resonar, vibrar y mover el espacio y los cuerpos", así como provocar "conflictos, cortocircuitos y tensiones en la elección de posibles recorridos", anticipó por su parte Barenstein.

El objetivo es "dar visibilidad a cuerpos, objetos y situaciones poniendo en foco lo que no se ve pero está, así como trabajar sobre la mirada y la percepción para producir un quiebre y manifestar las tensiones plásticas, dramáticas, rítmicas y sensoriales" del espacio, resumió.