Bilardo dijo que tuvo "miedo de caer preso"
El ex entrenador de la selección argentina reconoció el temor que sintió de ser involucrado en el FIFAGate; "Todos los que yo conocía estaban en cana o prefirieron no ir", recordó
El pasado 11 de enero no fue un día más para Lionel Messi. La Pulga, coleccionista de récords y títulos, recibió su quinto Balón de Oro en la Gala de la FIFA, en Zurich. Esa tarde, también fue reconocido Luis Enrique, el mejor entrenador de 2015, y Carlos Bilardo fue el encargado de darle el premio al DT de Barcelona. Pero pocos conocían que el técnico campeón del mundo en 1986 no estaba para nada tranquilo en su visita a Suiza. Bilardo tenía miedo de caer preso por el FIFAGate. "Mis amigos me decían que con el lío de la FIFA qué iba a hacer ahí. Tuve miedo. Me quedé en el hotel con miedo. ¿Si venía uno a buscarme de la oreja que le decía?", confesó en una entrevista con Ambito Financiero.
Sin muchos dirigentes a la vista, producto de un escándalo que salpicó a toda la estructura de FIFA, Bilardo fue una de las grandes figuras de la ceremonia, aunque se sintió muy solo. "No había nadie. ¿Si me dio vergüenza? No, mucho miedo. Después tenía que demostrar si me agarraban, pero estaba adentro. Hasta que subí al avión..., y cuando arrancó el avión respiré", recordó.
La confesión de Bilardo
- ¿Se sintió sólo? El Balón de Oro, el premio mayor, fue para un argentino...
- Muy solo. Ojo: yo sabía que esto iba a pasar. Yo sabía...
-¿Por?
- Porque todos desconfiaban. Nadie se olvida de la causa que terminó con muchos adentro... Había mucho miedo.
- Pero si usted no andaba en nada ilícito no tenía por qué temer...
- Claro. Los tipos saben quién es quién. Todos saben que yo soy honesto. Pero en el revoleo uno no sabe, ¿viste? Así que decidí ir pero temblando. Vos no tenés la seguridad de nada. Todos los que yo conocía estaban en cana o prefirieron no ir. No estaban ni Platini, ni Rumenigge, ni Eugenio Figueredo, ni Burzaco... No había nadie. Ah... sí... El único que se me acercó fue Blatter. El sí estaba. Me vio y me dijo: ¨Gracias por venir, Carlos. Usted no sabe cuánto valoramos eso¨. Pero, después... nadie, che.
- ¿El miedo le duró toda la ceremonia?
- No, mucho más. Desde que llegué a Zúrich hasta que me fui. Recién cuando el avión de vuelta estaba correteando por la pista, recién ahí pensé: ¨¡Fiuuuuu! Ya está. Fuera de peligro...¨ La preocupación era grande.