Mirar un maratón de House of Cards es malo para la salud
Un estudio norteamericano prueba que los atracones de televisión causan adicción y derivan en problemas de salud, como una mayor incidencia de malestares psíquicos.
...y entonces, cuando Frank Underwood dice esa frase sobre el terror (que no se puede citar porque acaso hay quienes todavía no ha llegado a ese punto de House of Cards), uno se da cuenta de que el último capítulo de la cuarta temporada de la serie ha terminado, y el sábado y el domingo se han ido, y uno sigue en pijama.
—Mejor miro todo House of Cards este fin de semana, así luego me concentro en trabajar —argumenta uno al ser humano con quien comparte su vida, que acaso se ha sentido solo mientras la sangrienta Casa Blanca de ficción mostraba sus entresijos en un nuevo capítulo que comenzaba a veinte segundos de terminado el anterior...
Esa excusa puede ser ingeniosa, pero la ciencia la ha refutado.
Un estudio del Departamento de Psicología de la Universidad de Toledo, Ohio, prueba que quedarse adherido al televisor sin poder parar de mirar una serie —lo que se conoce como binge-watching TV, literalmente atracón de televisión— es un problema de salud.
El trabajo, "Viewing Patterns, Mental Health and Addiction to Television among Adults Who Self-Identify as Binge-Watchers" ("Patrones de público, salud mental y adicción a la televisión entre adultos que se identifican a sí mismos como televidentes incontrolables"), realizado por las profesoras y doctorandas Monita Karmakar y Jessica Sloan Kruger, reveló:
1. No poder parar de mirar televisión es una conducta adictiva que se correlaciona con la salud mental individual;
2. Queda por establecer si no poder parar de mirar televisión causa depresión, angustia y estrés, o si la dinámica es la inversa, o si se trata de un círculo vicioso.
Trabajos académicos precursores de este nuevo estudio publicado en la página de la Asociación Estadounidense de Salud Pública (American Public Health Association, APHA) han demostrado que mirar televisión mucho tiempo aumenta el riesgo de mortalidad general, con una relación entre la cantidad de horas y la respuesta. "Más específicamente —se lee en el informe—, mirar televisión se ha vinculado al aumento de peso, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y problemas de salud mental".
También los creadores de estos espacios se han interesado en el tema últimamente. Netflix hizo un sondeo sobre el tema hace tres años: halló que el 73% de los encuestados consideraban que el atracón de televisión era una conducta socialmente aceptable. En 2015, TiVo realizó un estudio similar, que mostró que las percepciones negativas sobre el fenómeno habían disminuido en ese periodo: casi el 92% de los encuestados reconocieron que alguna vez habían pasado horas sin poder parar de mirar programas.
On-demand y descontrol
Según la Oficina de Estadísticas Laborales (Bureau of Labor Statistics, BLS) de los Estados Unidos, mirar televisión es una de las actividades recreativas más comunes, y ocupa el 50% del tiempo de solaz de la mayoría de los ciudadanos del país. Entonces, ¿cómo sucedió que una actividad de entretenimiento se haya convertido en un problema de salud mental?
Hace algunos años atrás, muchas personas esperaban que un día de la semana a determinara hora pasaran Los Simpsons, Los Soprano, Sex and The City, Seinfeld, The X Files, cualesquiera fueran las series que les interesaran. Luego aparecieron las maratones: esas mismas series —y otras— se repetían un capítulo tras otro durante la tarde del sábado, o la mañana domingo. Por fin los servicios como Netflix, TiVo, Amazon TV y otras plataformas on-demand de televisión, muchas de las cuales tienen sus producciones propias, estrenan un día y a una hora, luego de haber creado gran expectativa, la temporada entera de una serie. Y entre un capítulo y otro aparece la publicidad de otros materiales que podrían interesar al usuario dado su perfil... Un sinfín.
El desarrollo y la popularización de esta modalidad ha generado un aumento en el fenómeno de mirar televisión de una sentada sin parar, durante horas.
"No poder parar de mirar televisión se define como el cuadro de mirar televisión de modo consecutivo durante un periodo extenso de tiempo sin pausa alguna", definió una de las autoras del trabajo, Karmakar, en diálogo con Infobae. "Los participantes en nuestro estudio lo definieron como mirar televisión entre dos y cinco horas sin parar".
—¿Cómo surgió la idea del estudio?
—Históricamente los investigadores han hallado un vínculo entre la diabetes, la obesidad y el paso de un tiempo prolongado frente al televisor. Nuestro estudio se enfocó sólo en el vínculo entre los problemas mentales, como la depresión, el estrés y la angustia, y no poder parar de mirar televisión.
Karmakar también tenía una motivación personal: "Yo misma soy una persona que no puede parar de mirar de televisión, así que estaba interesada en estudiar el fenómeno un poco más. Mucha de la literatura académica anterior se centraba en el tiempo que se dedicaba a la televisión en general, pero no en el cuadro de quienes no pueden parar de mirar televisión. Eso le dio un ángulo innovador a nuestro trabajo".
El doble de depresión, angustia y estrés
A los 406 participantes en el estudio (con una edad promedio de 37 años, 46% varones y 54% mujeres, en su mayoría caucásicos y con estudios universitarios) se les solicitó que llenaran una encuesta en línea, con una batería de preguntas referidas a sus hábitos frente al televisor, la adicción a la televisión, si se consideraban personas que no podían parar de mirar de televisión y sus actitudes y opiniones sobre el fenómeno; también sobre su salud mental, en la búsqueda de síntomas de depresión, ansiedad o estrés.
Aunque la encuesta se realizó por medio de la plataforma de crowdsourcing (colaboración abierta distributiva) Mechanical Turk, operada por Amazon, las personas que participaron no estaban vinculadas al servicio de televisión de Amazon: "Mechanical Turk se usa ampliamente en la investigación vinculada a la psicología y a la salud", explicó Karmakar. "La elegimos por la conveniencia y el acceso fácil a los participantes".
El 35% de la muestra se identificó como gente que no puede parar de mirar televisión, y 7 de cada 10 nunca menos de dos horas y hasta cinco consecutivas. Cuando eso se comparó con su salud mental, las investigadoras hallaron que estas personas sufrían más depresión que las demás (15,29% contra 7,96%), y la misma tendencia se repetía en los síntomas de angustia (11,71% contra 5,35%) y estrés (14,94% contra 9,64%).
—Dados sus resultados, el fenómeno parece un problema de salud pública en aumento. ¿Cómo se lo puede enfrentar, tomando en cuenta que la diversidad de plataformas y de ofertas continuará en aumento?
—El marketing está apuntando al atracón de televisión como el nuevo parámetro de normalidad —dijo la especialista—. Con acceso a cientos de servicios de streaming en línea, es más fácil que la gente se dé atracones de sus programas favoritos. Tenemos la esperanza de que por medio de nuestro estudio se provoque una conversación sobre si mirar televisión de esta manera es bueno o no para la salud. Esperamos que la gente pueda tomar una decisión informada, basada en la investigación limitada sobre su conducta ante el televisor. Mirar televisión es sin dudas una conducta sedentaria que probablemente afecta la salud de modo negativo.