Fue tan valiosa como legítima la victoria por 1 a 0 del Tate frente a Tigre en Santa Fe. Un triunfo con la carga emotiva lógica en la previa de un clásico, pero además, que sirve para devolverle la alegría al pueblo rojiblanco después de un par de sacudones que dejaron huella, como fueron las derrotas ante Racing y Lanús.

El festejo del aniversario número 109 de Unión se trasladó hasta los 9 minutos del primer tiempo, cuando Malcorra decretó el 1 a 0 con un remate cruzado.  Fue un misil el que salió una vez más de su poderosa y goleadora zurda. Aunque el arquero intentó una defensa, todo fue inútil. La bola viajó sin realizar ningún movimiento de rotación. Seco y furioso disparo que valieron tres puntos.

Todo lo que le sobró de ganas le faltó de tranquilidad a los santafesinos, que con un gran esfuerzo supieron mantener la diferencia; aguantando con Nereo en una gran noche, y agazapado para salir de contra, auqnue faltó la estocada final. 

En el complemento el conjunto de Troglio empujó y puso en apuros al golero rojiblanco, y entre las buenas intervenciones de Fernández y la falta de puntería, no pudo llegar a la igualdad. También tuvo las suyas el anfitrión, como la asistencia de Malcorra para que Riaño fusilara a García y este respondiera con solvencia y un poco de fortuna. Con el correr de los minutos no inquietó más la visita por la buena presión de Unión, que de contra tuvo un par de avances mal resueltos.

Un triunfo justo y necesario. Justo antes del clásico y necesario, porque acumulaba tres cotejos sin victorias ante su gente, con un empate y dos dolorosos traspié. Pasó Tigre… ahora, “lo mejor está por venir”, afirman con sarcasmo y optimismo algunos hinchas en la Avenida.