Peter Greenaway quiere filmar una película sobre El Bosco
El cineasta y artista plástico abogó por un cambio de paradigma en el cine mundial.
Invitado a la Argentina por la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), que este martes le entregó el título Doctor Honoris Causa y donde hoy y mañana ofrecerá dos conferencias públicas, Greenaway piensa que el cine tal cual lo conocemos hoy, como un producto de entretenimiento anclado en la narrativa literaria, está llegando a su final y por eso propone una forma cinematográfica nueva, más cercana a la pintura y la imaginación.
“La pintura es superior al cine, porque nunca es narrativa. Y así como ella pudo cortar el vínculo que la ataba a la figuración, el cine debería ser igual de valiente que la pintura para deshacerse de la narrativa”, declaró.
Con una carpeta de reproducciones de sus propias pinturas, un libro de fantasmas mexicanos dibujados por Sergei Eisenstein y el guión de una película sobre Hieronymous Bosch que quiere filmar en Buenos Aires en sus manos, el multifacético artista dijo que sus películas “son sólo algo artificial, un producto de la imaginación humana. Pero lamentablemente, como nuestra imaginación es limitada, el mundo será siempre un punto de referencia”.
En una entrevista con Télam, Greenaway señaló: "Las disciplinas de la pintura son elementos que quiero traer al cine de hoy. Durante gran parte de su historia, la pintura fue una manera de registrar la realidad y nada más, y por desgracia el cine es usado de la misma manera. Intenta registrar la realidad tal cual es, cuando el único que pudo representarla ya lo hizo. ¿Por qué debiera el cine tratar de reproducir lo que Dios ya creó?”
“Como dijo Picasso: 'No pinto lo que veo sino lo que pienso'. Creo que deberíamos centrarnos en lo que nos dicta la imaginación y no sólo en lo que vemos. Hemos visto 120 años de cine y está muy ligado a la ficción. ¿Por qué el cine no pude tener su forma de expresión propia? La Biblia dice que en el principio fue la Palabra, pero para mí eso no es verdad, en el principio fue la Imagen", agregó.
El cineasta vino al país para ofrecer dos conferencias públicas y gratuitas, con traducción simultánea: hoy a las 18 en el Aula Tanque del Campus de la Unsam (avenida 25 de Mayo 1021, partido de San Martín) y mañana a las 19.30 con el sugestivo título “El cine ha muerto, larga vida al cine”, en el Centro de las Artes Unsam, ubicado en la calle Sánchez de Bustamante 75 de la ciudad de Buenos Aires.
“Como cineasta, creo estar en el arte equivocado. Desde chico siempre quise ser pintor. Es el arte civilizado por supremacía. Los pintores crearon el mundo que vemos. Todo lo que usamos fue diseñado por ellos. Pero vivimos en esta época en la que las imágenes se mueven y eso me llevó a elegir el cine. Sin embargo, ahora estoy volviendo más que nunca a la pintura”, aseguró Greenaway, que exhibirá pronto sus pinturas en Italia, China y España.
El director de filmes como “El contrato del pintor” y “El vientre de un arquitecto” anunció una nueva película sobre el pintor holandés Hieronymous Bosch, más conocido como El Bosco, del cual se cumplirán en agosto 500 años de su muerte: “Tengo planes para hacer una película sobre él en Buenos Aires. Era un artista muy radical, anárquico y peligroso. Era un hombre muy devoto, pero sumamente anticlerical”.
Greenaway dijo que esa nueva película “habla sobre las circunstancias de la época de Bosch y su vida en Europa. Me interesa mostrar el punto de inflexión del catolicismo y el comienzo de la Edad Moderna en 1492. Con la Reforma de Martín Lutero termina la civilización católica y el centro de gravedad de la religión se mueve hacia el norte. Eso es algo que vivió Bosch y que afectó a toda la cultura occidental”.
Este “ateo consumado”, que en Argentina se hizo famoso gracias “El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante”, indicó que “la tendencia a la simetría” que se ve en los encuadres de todas sus películas “no responde sólo a un afán renacentista, sino a una fascinación por toda la pintura europea".
"Siento muy excitante poder captar y retratar la simetría que está en todo lo que vemos. Pintar es una manera de jugar, pero de manera seria”, destacó.
El autor de “Eisenstein en Guanajuato”, que recrea la llegada del cineasta ruso a México en 1932, afirmó que “Eisenstein es el mejor director de toda la historia. Lo estudié durante toda mi vida. Lo admiro sobre todo por su creación del montaje por asociaciones. Estaba creando un vocabulario del cine de la nada. Por eso hice una película sobre él, aunque siempre pensé que era incestuoso hacer filmes sobre directores. Es un poco como tener relaciones sexuales con tu madre”.
“El cine es una forma lenta y poco original de hacer arte. Es muy poco inventiva. Scorsese, por ejemplo, hace siempre las mismas películas que Griffith hizo hace ya 100 años. El equipo es más sofisticado, el público más amplio, pero la gramática y el lenguaje es el mismo”, agregó el director, quien “ahora que el cine se está muriendo” quiere empezar a rendir tributo a través de películas a los mejores cineastas, “que se pueden contar con los dedos de dos manos”.
Greenaway sostuvo que, “mientras todos están demasiado interesados en el texto y no tanto en la imagen, yo quiero hacer cine en tiempo presente, centrado en la imagen y con muchas pantallas, pero el público no está preparado. John Cage diría que el arte solo se mueve al ritmo de su miembro más lento. Se tarda 15 años en aceptar lo nuevo. Hubo mucha duda de pasar de un paradigma al otro, pero hay que hacerlo”.