Indignación por la muerte de un chico por falta de remedios
El caso de Oliver Sánchez, de 9 años, se hizo conocido por su reclamo al gobierno para que sea tratado de cáncer
Su foto se hizo viral en pocas horas. Oliver Sánchez, de 9 años, con remera blanca y pantalones grises, cabeza afeitada y un barbijo, esgrimió un cartel tan pequeño como él ante un pelotón de policías: "Quiero curarme. Paz. Salud". Él mismo lo escribió con un lápiz; también dibujó una jeringa y un medicamento. Precisamente lo que le faltó desde que en septiembre pasado le diagnosticaran linfoma no Hodgkin.
Sánchez perdió tan desigual batalla anteayer, "apagándose poco a poco", como dice su familia, doblegado por su enfermedad y por la ausencia de medicamentos, de equipos y de camas en los centros de salud venezolanos. Otro símbolo más para la tragedia sanitaria del país.
La protesta en la que participó el chico en reclamo de las medicinas que tanto cuesta encontrar en Venezuela fue prohibida en febrero por el alcalde de Caracas, el chavista Jorge Rodríguez. Aquel día su abuela describió la tragedia familiar a los periodistas: "Conseguimos algunos donativos, poquitas pastillas, pero no tenemos el tratamiento completo".
La cruzada familiar prosiguió y Sánchez, que era feliz imitando a Michael Jackson en cualquier fiesta, recibió medicamentos de la sanidad pública, de hospitales y de donaciones particulares. Cumplió seis ciclos de quimioterapia hasta que, según la familia, el contagio de una bacteria en el hospital Elías Toro, en Caracas, le causó una meningitis.
Mitzaida Berroterán, su madre, describió al diario El Nacional que "tras convulsionar dos veces y recorrer hospitales en busca de un cupo en terapia intensiva" lo llevaron a una clínica privada, donde entró en coma hace 10 días.
Allí también persistieron los problemas del desabastecimiento crónico de medicinas, que se dispara hasta un 85% en el área. "Tuvimos que comprar muchas cosas. Nos pidieron epamina para las convulsiones y antibióticos. Cada vez que nos pedían algo era un sufrimiento. Al final lo conseguíamos por redes sociales y donaciones, pero era un calvario", añadió la madre.
"Han sido 10 días muy difíciles, llenos de dolor", confirmó Alexis Sánchez, padre de Oliver, a LA NACION. "Es difícil ocultar lo que está pasando en Venezuela. Fue trágico conseguir un cupo en la terapia intensiva porque muchos chicos también están sufriendo", añadió luego de la cremación del cuerpo de su hijo. En medio de la tragedia, Alexis Sánchez destacó la parte humana: "Mucha gente nos ayudó. Somos una familia muy humilde, no nos dejaron solos".
"Oliver murió de mengua", resumió la escritora Elizabeth Fuentes. Una buena parte de Venezuela se indignó una vez más ante la realidad que los abruma. En la Asamblea Nacional, los diputados de la oposición exhibieron las fotos de Sánchez para atacar al chavismo.
"El dolor que produce su muerte debemos convertirlo en fuerza para combatir la indolencia del gobierno", destacó el diputado Miguel Pizarro.
"Es muy desagradable ver que tengan la foto de un chico allí, manipulando. Eso es un bochorno", se defendió la diputada chavista y almiranta Carmen Meléndez.
Las ONG Cecodap y Provea exhortaron hace semanas a un juez para que acordara una medida judicial que protegiera el acceso de la población infantil a medicamentos en casos graves como el de Sánchez. El tribunal rechazó tal iniciativa.
La tragedia del chico se produjo unas horas después de que la ministra de Salud, Luisana Melo, reivindicara el sistema sanitario chavista e hiciera un llamado para que el resto de los países del subcontinente lo adopten.
"En Venezuela no hay medicinas porque el gobierno no le da divisas a la empresa privada para comprarlas y traerlas al país. No podemos pedir milagros ni a los médicos ni a las enfermeras", explicó el gobernador de Miranda y líder opositor, Henrique Capriles.