"Comienza una nueva Copa"
La lectura previa es siempre riesgosa. Prever, en fútbol, se acerca mucho a adivinar. Al menos en el contexto general y más por estos lares del globo, donde existen infinidad de artesanos que con parches y remiendos potencian recursos y disimulan limitaciones.
Algunas fichas cayeron del lado de lo esperado, por desarrollo y resultado. Otras, por infortunios puntuales y sin méritos inapelables, estando lejos de lo que su legendario camino les exige.
Que Haití y Jamaica hayan desandado la competencia cerca de sus probabilidades y muy lejos de una idea que les brinde alternativas de éxito, no sorprende. Tampoco causa estupor que Bolivia se haya ido sin conseguir puntos, porque convirtiendo tan poco y sosteniendo solo un puñado de minutos paridad futbolística, ante Panamá y Chile, no puede anhelar logros.
De aquí en más, el hilado debe afinarse. Panamá mostró agresividad y se mantuvo en partido un buen tramo ante Argentina, pero el sorteo no lo favoreció y la jerarquía de los seleccionados que habitan a ambos lados del Aconcagua lo envió de regreso a casa. Costa Rica estuvo cerca del juego mostrado en Brasil 2014, cuando accedió a Cuartos de Final, pero los resultados generales del grupo lo eliminaron rápidamente, transformando en insuficientes sus nobles cuatro puntos. Paraguay sucumbió ante su propia realidad. Y es que más allá de poseer jugadores de buena actualidad y de estar precedido de una semifinal copera en la tierra de Neruda sus números bajo la conducción de Ramón Díaz son alarmantes: solo 3 victorias en 20 juegos. Dependió más de individuos que de un andamiaje colectivo, y ante rivales aceitados tuvo pocas opciones.
Mención aparte para Brasil y Uruguay.
Por un lado, la Verdeamarela. Es cierto que el gol que lo eliminó fue ilícito. Tan cierto como que el que recibió de Ecuador, y fue anulado, debió convalidarse. Tan cierto es además, que este equipo dista bastante de los que han construido la ganadora historia del Scratch. Es relativa la justeza de su pronta marcha a casa. No obstante, no marcó superioridad abrumadora en las presentaciones que no ganó, ni generó demasiado peligro en esos encuentros. En conclusión, fue poco lo de Dunga y compañía para plantear una defensa efusiva en su favor.
Por el otro lado, la Celeste. La ausencia de Suárez se sintió. Para un equipo que hace del aprovechamiento de sus contras la principal vía hacia el gol, la falta del atacante del Barcelona redujo la eficacia de un conjunto que ha sufrido mucho en defensa, y que ha desperdiciado otro tanto en ataque. La garra sin juego se transforma en prepotencia, y no actitud.
Tras la depuración, la sensación de que éste es el momento de la albiceleste se acrecienta. Por virtudes propias y por realidades ajenas. Sin brillo demostró solvencia, capacidad para responder ante la falta de jugadores clave, y mucha eficacia. Un gran compromiso colectivo representado por una armoniosa distribución del esfuerzo y del espacio. Suficiente para asumir el mote de candidato.
Los clasificados tienen sus merecimientos. Cada quien con su libreto justificó su paso. Sin estridencias ni abrumadores rendimientos, pero con más y mejores atributos que los eliminados. Con una intención de predominio en el desarrollo, salga bien o no, Chile, Colombia, México y Argentina asumirán la iniciativa, por las características de sus propuestas y de sus intérpretes. Con planteos moderados, equilibrados entre el ir y el esperar, Estados Unidos irá por una inédita conquista. Y por último, agazapándose, cerrando filas con criterio para atacar espacios con transiciones lacerantes encabezadas por velocistas de alto vuelo, Perú, Ecuador y Venezuela aspirarán a prevalecer a partir de una alta eficiencia. Fortalecer virtudes y controlar aptitudes del oponente, al estilo de cada uno, es el objetivo.
En duelos mano a mano, orden y disciplina achican márgenes y distancias futbolísticas, y saber que más allá del tiempo regular esperan los penales no deja de ser una motivación para ser pacientes.
Los espectáculos hasta hoy han estado más cerca de lo agradable y lo vistoso, que de lo ordinario y lo austero. Esperemos que en las instancias que se aproximan la tendencia se consolide. Aunque no será sencillo, porque las presiones aumentan, porque los errores se pagan con pasaje de vuelta a casa y porque decididamente, en horas, comenzará una nueva Copa.