“La luna y el pozo”: de soledades, pérdidas y una noche sin tiempo

Esta obra está protagonizada por María Rosa Pfeiffer y cuenta con la dirección de Edgardo Dib. Las presentaciones serán el sábado 20 a las 21, y domingo 21 de agosto a las 20, en la sala Marechal.

Bajo la dirección del teatrista Edgardo Dib, la consagrada actriz, dramaturga y directora, María Rosa Pfeiffer interpretará en dos funciones “La luna y el pozo”, la obra que ella escribió en 2012 a pedido del prestigioso escritor cubano Francisco Garzón Céspedes. Después de su reestreno en el mes de mayo por el Grupo de los Diez en el Tiro Federal de Humboldt, el público santafesino podrá disfrutar de la puesta el próximo sábado a las 21, y domingo a las 20, en la Sala Marechal del Teatro Municipal “1° de Mayo”.
Las entradas están a la venta en la boletería de San Martín 2020, a un valor de 100 pesos las generales; con descuento para estudiantes y jubilados, a 80 pesos.

Un viaje emocional y mítico

En un texto escrito para la publicación Mirador Provincial antes del estreno, el crítico teatral y periodista Roberto Schneider, recordaba que la obra “tuvo una primera aparición escénica hace unos años en formato de espectáculo semimontado, en el marco del “Ciclo Autoras Argentinas” en el Teatro Nacional Cervantes (Buenos Aires), aquella vez interpretado por la actriz Raquel Albéniz y dirigido por Paula Etchebehere. Ahora, finalmente, vuelve a la voz y el cuerpo de su dramaturga a través de la mirada de Dib, quien propone una despojada puesta en escena donde el valor del trabajo actoral gana el primer plano. Entendiendo el director que los delicados y, a la vez, feroces ribetes poéticos de la pluma de Pfeiffer debían llegar intactos al espectador, articula una puesta donde la palabra y la contundencia de una acción mínima son las protagonistas. Todo esto enmarcado, claro, en una atmósfera escenoplástica que acompañe y subraye la poética textual. Así, se ha construido un viaje emocional y mítico. Un cuento donde una mujer desesperada busca enterrar sus fantasmas y un amor perdido”.


El diseño escenoplástico y vestuario llevan la firma de Dib, Pfeiffer y Osvaldo Pettinari; la realización de vestuario es de Osvaldo Pettinari; el diseño de iluminación, banda sonora y gráfica son de Edgardo Dib; y los arreglos y realización de banda sonora de Walter Walker. La fotografía está a cargo de Marcelo Botta y la realización gráfica de Romina Bonfanti, con la labor en técnica de luces de Rubén Fladung.