Desde la AFA miran de reojo a la creación de la Superliga
Mantener la gratuidad en la transmisión televisiva y el manejo de esos derechos generan diferencias entre la Comisión Normalizadora, el Gobierno y los clubes.
La Superliga es un torneo que avanza entre los dirigentes, pero no tiene el beneplácito de la Comisión Normalizadora. “Era una vía de solución en su momento. Ahora, ¿ para qué se va a hacer un campeonato de esta naturaleza?”, se escuchó en los pasillos de la AFA, donde gobierna Armando Pérez, titular de Belgrano, desde la última semana de julio. Diez días antes de su asunción, la Asamblea de representantes votó a favor de la creación del nuevo formato. Sin embargo, el proyecto tiene puntos suspensivos hasta 2017 y está relacionado, estrictamente, al manejo de los derechos televisivos. Y en ese sentido, hoy habrá una reunión con las autoridades de Ibope, la empresa que monitorea los medios publicitarios y se encarga de las mediciones de audiencia.
Hay un tema que hace ruido y genera diferentes posturas entre los dirigentes y la AFA: la gratuidad que garantiza el contrato del Fútbol Para Todos hasta diciembre de 2019. El Gobierno tiene una carta firmada por los representantes de todas las categorías en el que lo invita a disolver el vínculo y lo libera del costo de los fondos privados para los campeonatos. Todo cerraba. El Estado dejaba de invertir en la pelota y los directivos podían negociar libremente con empresas privadas. No obstante, desde la Casa Rosada pusieron un condicionante: mantener la transmisión de los partidos sin cargo hasta el plazo estipulado. Algo inaceptable, en principio, para los holdings de la TV que vienen desde el exterior con sus propuestas: Turner, IMG, Murdoch y una cadena de Barhein. ¿Se allanará el camino para algún medio local?
Lo cierto es que la Superliga, que había sido aprobada el 13 de julio, quiere recuperar los derechos de televisión. Aunque advierten en la calle Viamonte, cerca de Pérez: “Si consiguen una oferta, se van a tener que sentar a charlar con nosotros”. Hoy, AFA está necesitada de recursos. Tiene a la Selección como principal estandarte, pero no se quiere quedar afuera del negocio de la tele. Sobre todo, porque hay contratos comprometidos y cobrados, en algunos casos, hasta 2030. Herencia de Julio Grondona.
En el bosquejo que hace una semana armaron los dirigentes de la Superliga se estableció el reparto del dinero: 40% de acuerdo a las escalas actuales (River y Boca; Racing, Independiente, San Lorenzo y Vélez; y los 24 restantes), 30% en partes iguales, 25% por el rating y 5% por mérito deportivo. Siempre sobre una base de 2.500 millones de pesos, la cifra (de mínima) que esperan recaudar por la venta de los derechos televisivos. La idea es llegar al año 2020 con 22 equipos (no se descarta que sean menos) y ampliar los porcentajes de la distribución a 50% (en partes iguales), 25% (share televisivo) y 25% (mérito deportivo). Todo está en veremos, claro.