El ex hotel y ex shopping Plaza Ritz está a la venta
El edificio que alojó al primer shopping de la ciudad en la década del ‘90 espera un comprador. El ingreso por calle San Martín está muy descuidado. Actualmente, no registra deudas con el municipio.
Detenido en el tiempo, usurpado por las palomas, atravesado por infinitas telarañas y maloliente, espera un interesado. Aunque con su belleza intacta, el ex hotel Plaza Ritz en el paseo Peatonal Norte —San Martín 2766— está a la venta. Su actual propietario, pide unos 10 millones de dólares por el inmueble, de ocho plantas y de 6.711 metros cuadrados.
La cifra y sus características arquitectónicas únicas, lo convierten en uno de los edificios más costosos de la ciudad, ubicado en una zona privilegiada del área comercial más tradicional. Hasta hoy, lleva 21 años cerrado. “Está igual que el último día en el que funcionó el shopping. Alguien apagó la luz y así quedó”, describió Elvio Ferrato, propietario del edificio en el que se abrió el primer centro comercial de Santa Fe. También alojó la primera escalera mecánica que hubo en la capital que, por supuesto, sigue en el mismo lugar.
La familia Ferrato adquirió la propiedad en 1988, a modo de inversión. Los valores inmobiliarios actuales, distan mucho de los de aquel entonces. “Lo compré porque nos gustó el edificio y creía que se podía hacer algo lindo. El precio no sólo tiene que ver con los metros cuadrados sino por el valor arquitectónico”, destacó Ferrato, en diálogo con este medio.
Aunque reconoció que la cifra que espera obtener es un tanto abultada, asegura que el comprador “no se va a arrepentir, lo vale, vale mucho más que eso”, insistió.
A raíz del valor del inmueble, Ferrato consideró que el Estado debería interesarse en recuperarlo para la ciudad. “Se necesita interés político, no sé si la Municipalidad o la provincia, pero se puede hacer algo muy interesante. Un proyecto cultural o social, para que lo disfruten todos los santafesinos”, sugirió el propietario y adelantó que está dispuesto a negociar el precio del preciado edificio.
Mientras tanto, espera. Las palomas —ocupas de privilegio— saltan de ventana en ventana, dejando abundante excremento a su paso, se cuelan por los vidrios rotos de la puerta principal y tal vez, duermen en la que fue una suntuosa habitación.
Los santafesinos que transitan urgente por el paseo comercial lo ignoran. Hasta que el mal olor que brota de la breve escalinata de acceso, les tuerce la mirada. Entonces, lo ven... allí está, aguardando decrépito y bello, a algún millonario inversor.
Sin intervención
Actualmente, el inmueble no registra deudas con el municipio, como sí ocurrió cuando dejó de funcionar como shopping (ver relacionada). Al tratarse de una propiedad privada y no haber peligro de derrumbe, en la Municipalidad no hay actuaciones pendientes. Ni tampoco intimaciones al propietario, para que atienda su estado estructural.
“Claro que nos interesa el recupero de ese edificio porque es un bien patrimonial, histórico y de mucho valor arquitectónico. El lugar que ocupa, debe ser uno de los más caros que existen en Santa Fe y hoy es una enorme superficie ociosa y tugurizada”, definió el subsecretario de Obras de Arquitectura de la Municipalidad, Lucas Condal.
Vecinos. Uno de los comercios linderos, que comparte pared con el Plaza Ritz, tiene problemas de humedad. Si bien presentaron los respectivos reclamos, no tuvieron respuestas. El ingreso por calle 25 de Mayo está completamente cerrado.
"Mientras no haya iniciativa de parte del propietario, no se puede hacer mucho. El problema es que le resta al entorno, influye de forma negativa en la zona y en el espacio público”.
De hotel a shopping y una deuda millonaria
El inmueble fue construido originalmente como sede de oficinas ferroviarias en la ciudad, pero nunca cumplió esa función. En los años ‘20 se convirtió en hotel y en los ‘90, en el primer shopping.
Fue precisamente en abril de 1993, cuando se inauguró el shopping Plaza Ritz. Tenía 42 locales comerciales. Para el emprendimento, se habían reciclado aproximadamente 3.800 metros cuadrados del edificio. Los niveles 4to., 5to. y 6to. y la terraza, no fueron intervenidos.
Así, en el subsuelo del Ritz funcionó la enfermería, se utilizó la bóveda de la anterior entidad bancaria para guardar caudales y documentación, se hicieron sanitarios y vestidores para empleados y bauleras y/o depósitos para los comerciantes. La planta baja y el 1º piso alojaron locales comerciales; el 2do. piso, además de algunos negocios, los locales de comida. En el 3er. nivel, se montaron 14 oficinas de diferentes tamaños. Funcionó sólo durante dos años, ya que cerró en 1995. Y desde esa fecha, hace 21 años, los 6.711 metros cuadrados distribuidos en seis pisos, emplazados en una de las zonas comerciales más importantes de la capital, están en absoluto estado de abandono. En septiembre de 2011, la Fiscalía Municipal intentó subastar el inmueble abandonado, a raíz de la importante deuda que acumulaba en concepto de TGI. Unos $ 3.063.000 era lo que el propietario debía abonar. Es que en el tiempo que funcionó como centro comercial, el edificio fue sometido al régimen de propiedad horizontal por haberse dispuesto la venta en distintas unidades, cada uno de los pisos del edificio figura con un dominio distinto. Y así se acumuló semejante deuda. Finalmente, ambas partes acordaron un plan de pago y no se subastó.
La mirada de un arquitecto que trabajó en locales del ex shopping
En diálogo con LT10, Leopoldo Argento, arquitecto que trabajó en dos locales del ex shopping Plaza Ritz, expresó que “aquel shopping generó un gran impacto en la ciudad porque la ciudad pudo volver a ingresar a un edificio precioso que estaba abandono. El emprendimiento comercial lo llenó de vida. Yo no se por qué fracasó”.
Además, Leopoldo Argento agregó que “el edificio es precioso. La escalinata, el ascensor de hierro forjado, los detalles. Es un edificio propio de la belle epoque. No se olviden que el edificio atraviesa la manzana de lado a lado”.
Finalmente, el arquitecto que trabajó en dos locales del ex shopping Plaza Ritz remarcó que “da mucha tristeza el abandono actual del edificio. Este es el caso de un edificio privado. Pero tenemos casos de edificios públicos como la casa de la Cultura, el convento de San Francisco y la casa de Sor Día y Clucellas”.
Audio: Leopoldo Argento
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