Descubren una segunda pirámide oculta en Chichén Itzá
La construcción se encuentra dentro del templo de Kukulkán y fue hallada a través de una investigación con tecnología de punta
En el interior de la pirámide de Kukulkán, en Chichén Itzá, se esconde no una, sino dos pirámides. Así lo anunció este jueves la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) después de una investigación con tecnología de punta que permitió hacer el descubrimiento.
Científicos del Instituto de Geofísica, de la Facultad de Ingeniería de la UNAM y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) trabajaron juntos usando una tomografía, una tecnología única en el mundo con la que se puede observar las estructuras internas de la pirámide para ver sus etapas reconstructivas.
Se trata de la segunda pirámide oculta descubierta dentro de este templo del complejo de Chichén Itzá: la primera fue detectada en los años 30, según informa la UNAM. La recientemente hallada se encuentra en el interior de la primera.
“Se observa una rampa, seguramente una escalinata, y la probable existencia de un adoratorio. La altura de la más antigua (descubierta por los universitarios) es de alrededor de 10 metros, más el mencionado adoratorio, y de la encontrada en los años 30, es de 20 metros”, afirma la UNAM.
Según la universidad, el descubrimiento permitirá conocer más información sobre los periodos iniciales de la población del lugar y de la evolución del asentamiento.
En agosto de 2015, este equipo de investigación había descubierto usando la misma técnica que esta pirámide maya estaba construida sobre un cuerpo de agua.
Según reportó la UNAM en ese entonces, hay un cuerpo de agua “que de norte a sur mide unos 25 metros y en su parte más alargada 30 o 35, con una profundidad estimada en poco más de 20 metros”.
René Chávez, del Instituto de Geofísica, afirmó tras ese descubrimiento que es posible que la pirámide se hunda, aunque no ocurra pronto.
“Este tipo de estructuras cambian con el tiempo, porque el agua deslava las paredes y la cavidad puede ir en aumento. En algún momento, si el grosor de la roca por debajo de la pirámide se adelgaza, podría haber un problema de estabilidad y El Castillo colapsaría. Sin embargo, esto es algo que no veremos nosotros ni muchas generaciones más”, afirmó citado por la UNAM.