Vittorio Storaro: "Soy un escritor de imágenes"
El director de fotografía, ganador de tres premios Oscar por sus trabajos en los filmes “Apocalypse Now”, “”El último emperador” y “Reds”, se definió así al dar una clase magistral abierta al público sobre la cinematografía digital y si modifica o no el concepto de un iluminador.
Dos semanas atrás terminó el rodaje del filme que Woody Allen prepara para 2017 (aún sin título), en la segunda colaboración con el autor de “Manhattan” luego de que trabajaran juntos por primera vez en “Café Society”; de Nueva York voló a Milán, de ahí a Alemania y luego a Bologna, hoy está en Mar del Plata y mañana amanece en Buenos Aires, luego parte para Praga y antes de mediados de diciembre va a estar en China.
Es uno de los grandes directores de fotografía que dio el cine y con 76 años está recorriendo el mundo ofreciendo clases magistrales, como la de hoy en el Festival, orientada hacia jóvenes directores de fotografía y donde quiere compartir su punto de vista sobre la cinematografía digital en todos los aspectos, un campo en el que trabajó por primera vez con Carlos Saura y luego con Woody Allen y que, dice, “no cambia el concepto de iluminación”.
“Creo que hay formas de iluminación diferentes que van cambiando con el tiempo, cuando empezó, el cine se filmaba en estudios abiertos con luz natural, luego hubo un gran cambio a la luz artificial, empleando las técnicas que utilizaba el teatro, y en los 60 determinados directores de fotografía cambiaron el modo de ver la iluminación, obviamente hoy la técnica es mejor pero muchos iluminadores jóvenes cometen el error de pensar que la iluminación digital es sustancialmente distinta de la analógica, cuando lo que nadie debería olvidar es que el cine es imagen que se escribe a través del lenguaje de la luz”, dijo Storaro en una primera reflexión durante un encuentro que sostuvo hoy en el Hotel Provincial con un grupo de periodistas.
“La expresión de la fotografía cinematográfica -agregó- necesita un tiempo de desarrollo e implica también un estilo de escritura, un modo de escribir que no puede adolecer de ritmo, como en la literatura. Yo no soy un escritor de palabras, soy un escritor de imágenes”, sostuvo.
Y volviendo sobre los conceptos centrales que un director de fotografía no debe perder de vista, aseguró: “El ser humano siempre necesitó la expresión con la imagen: desde las pinturas rupestres, luego el mosaico, la pintura, el cine, el cine color, la tercera dimensión, el gran formato, a lo largo del tiempo van cambiando el medio y la materia pero no la idea y eso creo que es clave para entender que la creatividad no se modifica si uno pasa de analógico a digital”.
“Es cierto -remarcó- que estamos en un momento histórico de un cambio importante, podemos acelerar o demorar el progreso pero no podemos detenerlo, lo mejor es atravesar este puente entre mundos distintos de la mejor manera”.
Storaro registra cerca de 50 filmes como director de fotografía y reconoce entre estos solo “cinco realizadores de verdad, en todo el sentido de la palabra”, que son Bernando Bertolucci (con el que colaboró en filmes como “Ultimo tango en París”, “Novecento”, “El pequeño Buda”, “El último emperador”, entre otros); Francis Ford Coppola (“Apocalypse Now”, “Tucker”, “Historias de Nueva York”), Warren Beatty (“Reds” y “Dick Tracy”), Carlos Saura (“Flamenco” y “Tango”) y Woody Allen.
Y cuando se le pide que dé una definición de su trabajo en relación con el realizador, Storaro dice: “La idea de iluminación de 'El conformista', 'Novecento' o 'Ultimo tango...' es mía pero el cine es como una gran orquesta compuesta por varios solistas: el guionista, el escenógrafo, el montajista, el director de fotografía, que no pueden tocar solos, sino que necesitan una historia (partitura) y un director; sin ellos yo no existo, digamos que el cine tiene muchos autores pero un solo director”.
“¿Cómo es ese trabajo? Bueno, yo analizo lo que el director quiere contar y luego de esto le propongo una idea, si él la acepta la hacemos. Con el tiempo entendí que yo podía hacer cualquier cosa que quisiera pero siempre que contara con la aprobación del director, si no estamos de acuerdo entonces no trabajamos juntos, porque en esta orquesta yo debo sonar con mi sonido propio pero bajo la dirección del realizador”.
Consultado sobre cuáles son los aspectos que definen la particularidad de un director de un cineasta italiano, Storaro señaló: “En Italia cuando uno va de chiquito a la iglesia tiene imágenes, aparece una arquitectura, una fachada, que es diferente de otras, con su estilo particular, después en el interior aparece la música, vemos esculturas, a lo largo de toda nuestra vida caminando por las calles de Roma, de Florencia o de Milán vemos imágenes que forman parte de una tradición de la historia visual, no sólo de mi historia personal sino de toda la civilización romana e italiana y creo que eso se imprime en nuestra sangre”.
Por otra parte y ante las nuevas tendencias de acceder a contenidos audiovisuales a través de distintos dispositivos como las tablets o el teléfono celular y si eso incide en el trabajo del director de fotografía, Storaro remarcó que “sería un error cambiar la naturaleza de una creación de imágenes a través del lenguaje de la luz pensando en qué dimensión tendrá la pantalla en que será exhibida. Además de eso la imagen tiene un valor y ese valor el público lo puede apreciar bajo determinadas condiciones, preferentemente la sala de cine, no creo que alguien pueda ver 'Apocalypse Now' en un celular”.
La visita de Storaro a Mar del Plata está acompañada justamente por la exhibición de la genial película de Francis Ford Coppola sobre la Guerra de Vietnam e inspirada en el libro de Jospeh Conrad “El corazón de las tinieblas”, que se puede ver en su versión Redux, que agrega 50 minutos a la versión comercializada originalmente, hoy sábado a las 20.50 y mañana a las 21.40.