Solidaridad para mejorar la calidad de vida a los perros

Alumnos de la Escuela Técnica Nº 647 Dr. Pedro Lucas Funes construyen carros ortopédicos.

Proyecto Lázaro

En la Escuela Técnica Nº 647 Dr. Pedro Lucas Funes, del barrio Centenario, la actitud solidaria ese convirtió en un sello escolar. Ese establecimiento educativo lleva a cabo el Proyecto Lázaro, por el cual los alumnos construyen carros ortopédicos destinados a los perros que, por enfermedad o accidente, quedaron con problemas de movilidad.

Rosana Colodio, directora de la escuela, acompañada por alumnos de la institución visitó los estudios de LT10 para contarnos la experiencia de ayudar a los caninos que más necesitan de las personas. “Al principio este proyecto surgió para asistir a un pedido de un proteccionista de Chaco que solicitaba cuatro carritos para perros que él tenía a su cargo. Con los alumnos decidimos a construirlos y se lo enviamos. Cuando la gente se enteró de nuestro proyecto en 2010 comenzaron a contactarnos y de ahí en más todos los años seguimos trabajando para los perros”, comentó la directora.

David Modini, docente de la institución señaló que esta iniciativa es muy sensible porque detrás de cada perro, hay un dueño desesperado que quiere que su mascota vuelva a caminar y tener calidad de vida. “Me involucré en el proyecto porque la escuela, más que una institución educativa es una casa para nosotros. Queremos que los alumnos sean solidarios por eso los encaminamos en este proyecto”.

Cada carro ortopédico sale más de mil pesos en el mercado. No obstante, los alumnos que integran el Proyecto Lázaro más los profesores, los fabrican por mucho menos dinero. El carro es una estructura hecha con finos caños de hierro, ruedas livianas y cintas ajustables que se adaptan al tamaño de cada perro. “Los carros no se comercializan y el emprendimiento solidario se mantiene con las donaciones de la gente. Esto nos permitió trascender los limites de Santa Fe, enviándolos también a Buenos Aires, Córdoba, entre otras provincias, en menos de quince días”, sostuvo Modini.

Cada vez que se termina un carro ortopédico para un perro, hay un ritual en la escuela. Se le abre la puerta del taller al perrito para que camine por el pasillo por primera vez en mucho tiempo, mientras los alumnos lo aplauden a su paso, y al dueño se le cae un lagrimón de alegría. Así también se imparte educación.

Proyecto Lázaro
Foto: Facebook Proyecto Lázaro