"Los banqueros piensan que el único orden que existe es el suyo"

El director italiano Roberto Andó habla de su nuevo filme, donde se mete con los economistas "que intentan controlar la sociedad". Se podrá ver desde este jueves en el Cine América.

La confessioni

"La confessioni", el nuevo filme del italiano Roberto Andó que mañana se estrena en Rosario, pone como excusa una cumbre del G8 y el suicidio del titular del FMI para meterse de lleno en la polémica entre los economistas "que intentan controlar a la sociedad" y el humanismo, que tiene como eje central al ser humano y su bienestar.

Andó, asistente de dirección de grandes como Federico Fellini, Francesco Rosi y Francis Ford Coppola, afirmó que su filme "no es sobre economía, sino de cómo los humanos se imaginan el mundo", en referencia a las imprecisiones de los economistas y, en su opinión, el poco interés de estos "por solucionar los problemas de la gente".

Este filme del autor de la premiada "Viva la libertad" (2013), que cuenta con el protagónico del expresivo y camaleónico Toni Servillo, hubiera sido impensado sin la gran crisis que estalló en Europa y Estados Unidos en 2008 y las sucesivas reuniones de líderes mundiales que tuvieron más en cuenta la salvaguarda de la banca que la salud de las personas. "En el momento de crisis nos preguntamos si esto es lo que queremos para nuestros hijos, pero eso no lo discuten los banqueros porque piensan que el único orden que existe es el suyo", señaló Andó en un reportaje con Télam, en el cual reconoció la influencia de los clásicos del cine italiano en sus trabajos.

"Esta mirada humanista -dijo- es algo que uno tiene desde siempre. Este filme fue comparado con uno de Elio Petri («Todo Modo»). El cine es un lugar a donde se invita a participar a la sociedad, y el gran cine italiano de la posguerra en Italia sabía tratar los temas del hombre. Y es esto lo que me enseñaron Fellini, Rosi, (Vittorio de) Sicca y los grandes directores con los que trabajé".

Con ese bagaje, Andó siente que hay un "resurgimiento" del cine de su país, tras algunas décadas en las que aquella tradición reconocida a nivel mundial fue dejada de lado, ya sea por el objetivo final de la industria como por la falta de financiamiento para los proyectos. Más allá de las comparaciones, aseguró que si bien hay directores relacionados con otros de los denominados "clásicos" ("Paolo Sorrentino con Fellini o Nanni Moreti con Rosi", dijo), eso no quiere decir que no tengan "su propia voz", sino que pertenecen a "una misma tradición".

"Es como no reconocer que el pintor Pablo Picasso tiene una escuela en su espalda que parte con Francisco Goya. La tradición no significa que uno no tenga personalidad, sino que se encuentra marcado, justamente, por esa tradición", señaló el realizador. Es esa tradición del cine italiano la que es reconocida mundialmente no sólo por las bellas y cuidadas imágenes que muestran sus cámaras, sino, también, por la crudeza y la precisión para meter los pies en el barro de la realidad social.

"Viva la libertad" narra la decadencia política de Italia en la piel de un mellizo que, recién salido del manicomio, suplanta a su hermano como líder de la oposición de izquierda y logra imponerse en los comicios para primer ministro. En "Le confessioni" Andó deja de lado la comedia y con suspenso e intriga narra los entretelones de una negociación entre las potencias mundiales para tomar una decisión que sumirá a las poblaciones en la pobreza, pero que es la económicamente correcta.

Sin embargo, son dos ministros, sumados a un monje (Servillo) que confiesa al director del FMI (Daniel Auteuil) antes de su suicidio, los que dudan entre el ser y el deber ser en esta historia que tiene algunas referencias a "La montaña mágica", del nobel alemán Thomas Mann, texto en el cual es un italiano (Ludovico Settembrini) el que da las definiciones del humanismo.

"Nosotros pensamos -dijo- que la economía es una ciencia, pero no lo es. A diferencia de la ciencia, la economía no puede ser medida de forma física, sino que tiene un factor psicológico y humano que puede variar las teorías. Y ahí se cruzan con este cura, una variable no predecible, que en la economía se menciona como 'el cisne negro'".

"El director del FMI se suicida y elige al cura como último interlocutor. ¿Por qué a él? ¿Qué le dice? Esta intriga es propia del poder, a pesar de que quizá no le dijo nada. Eso también demuestra la fragilidad de los poderosos", agregó Andó, oriundo de la sciciliana Palermo, ciudad que encuentra "con un espíritu similar" al de Buenos Aires.

Para el año que viene el director italiano ya tiene agendado el rodaje de una comedia al estilo "Viva la libertad", cuyo estrenó está pensado para 2018.

A pesar de que en sus filmes muestran una opinión muy crítica sobre la realidad, sostuvo que es mejor tener una visión "esperanzadora" en el futuro porque "este es un mundo capitalista y el capitalismo, con todo lo malo que conlleva, es un apéndice de esta democracia".

Un filme sobre la relación entre el poder y los secretos

"Le confessioni" es un retrato del vínculo entre los secretos y el poder, protagonizada por un misterioso monje italiano, interpretado por Toni Servillo, que es invitado a una cumbre del G8 por el director del Fondo Monetario Internacional. El mismo quiere confesarse en privado durante la noche, pero la mañana siguiente, es encontrado muerto. "En mi película anterior «Viva la libertá» (2013) afrontaba la incapacidad de la política, la imposibilidad de tener una sola cara. Ahora en cambio voy al corazón del problema y te formulás preguntas como ¿dónde termina el poder? o ¿qué tienen en la cabeza las personas que toman las decisiones?", dijo Andó.

La confessioni