La ASH ha estado trabajando para promover, apoyar y ampliar el semillero masculino desde sus bases. Gracias al entusiasmo y su impulso, los chicos encontraron en el hockey un cable a tierra, una alternativa para entrenar las habilidades individuales. Por su parte, los entrenadores, la manera de trnsmitir esa pasión que los mueve a jugarlo. De cada entrenamiento los más pequeños salieron motivados a ser mejores y para esmerarse mucho más. Aprendieron a ser solidarios, compañeros y el desafío de superarse cada día.
El inicio
Lucas Walemberg es jugador de El Quillá hace ocho años. Fue uno de los entrenadores que tuvo este proyecto que se concretó este año. “La iniciativa fue de la nueva dirigencia de la Asociación. Surgió con la intención de promocionar el deporte para fomentar la formación de jugadores desde pequeñas categorías”, manifestó.
“El comienzo fue prometedor. Pero con sólo un estímulo semanal, algunos chicos se perdieron en el camino. Por eso se propuso entrenar dos veces semanales para incentivar el entusiasmo a la disciplina. Los entrenamientos eran los lunes de 18.30 a 20hs y se agregó un turno con los viernes de 19hs a 20hs. Luego, se fue promocionado aún más y llegó a diferentes lugares e instituciones como por ejemplo Central Rincón, IPEI, CEF Nº1, El Quilla, Escuela de Hockey Solidario y diversos establecimientos educativos”, detalló.
Formando el semillero
“En principio, los jugadores eran de la familia del hockey: hermanos de jugadoras, hijos de dirigentes, sobrinos, etc. Los más pequeños de Sub-6 estuvieron a cargo de Iván Díaz, Sub-12 y Sub-16 trabajaron con Matías Pugliotti y conmigo. Me sorprendió la capacidad y habilidad que tienen para aprender los gestos y resolver situaciones junto a la claridad con la que interpretan el juego” manifestó Walemberg.
A rodar la bocha
Para tomar ritmo de competencia, los entrenadores decidieron organizar diferentes partidos para que adquieran ritmo como equipo y de juego. “El objetivo inicial de fomentar y promocionar los más chicos lo cumplimos con creces. Entonces decidimos plantear la modalidad de encuentros para promover la competencia y motivación de los chicos. Durante septiembre, viajamos a Paraná para jugar el primer amistoso como equipo donde, sin conocernos, tuvimos una muy buena actuación frente a CAE empatando 1-1. En octubre, volvimos para enfrentar a Rowing. Nuevamente, persistió el empate pero jugando aún mejor y con amplias posibilidades de ganar. En octubre, recibimos una delegación desde Santiago del Estero. En tanto que por noviembre, Alma Juniors nos invitó para enfrentarnos con su plantel menos experimentado y en formación. Allí, logramos el primer triunfo. Además, surgió la propuesta de un encuentro con el hockey municipal a fin de año.”
Un cierre a toda orquesta
La temporada terminó con un último encuentro, invitando a los tres planteles superiores de Santa Fe y Esperanza. Se armaron cuatro equipos con chicos de todas las edades y jugaron todos contra todos, cerrando la jornada con un tercer tiempo. Finalizaron alrededor de 30 a 40 chicos que estuvieron muy entusiasmados. El año que viene se intentará sumar más jugadores y tratar de establecer más encuentros con clubes de Rosario y Paraná.
Algunos de los chicos que formaron parte de este anhelo hecho realidad son:
Nicolás Kohlbrenner, Brian Rotela (Escuela de Cristo), Juan Cruz Rodrigo (El Quilla), Luciano Morresi (IPEI), Mariano Broin (El Quilla), Bruno Abel Lutti Dewa (Central Rincón), Facundo Zygalski (Central Rincón), Felipe Mones Ruiz (Central Rincón), Lucas Pensiero (La Salle), José Gauto (El Quilla), Estanislao Walker (El Quillá), Jorge Esquivel (CEF Nº1), Juan Forastieri, Franco Echagüe, Valentín Ojeda (Central Rincón), Jerónimo Serrano, Franco Moretto, Mauro Ramírez (Escuela de Cristo), Jesús Cáceres (CEF Nº1), Nicolás Cancellieri, Tomas López, Mateo Rodríguez (CEF Nº1) e Ignacio Coria (CEF Nº1).