Ni la lluvia pudo contra el fenómeno Canticuénticos

Unos 1.500 espectadores desafiaron el tiempo lluvioso para vivir la mágica comunión familiar que la música es capaz de generar cuando, como en el caso de Canticuénticos, es realizada con talento, dedicación y sustancia.

La primera presentación porteña de 2017 del conjunto santafesino de música para chicos Canticuénticos se concretó este sábado en Ciudad Cultural Konex ante una multitud de niños y adultos para ratificar el impacto de una propuesta tan rigurosa como explosiva y disimular la inclemencia climática, que obligó a realizar el recital previsto al aire libre en un incómodo espacio bajo techo.

Unos 1.500 espectadores desafiaron el tiempo lluvioso en Buenos Aires para vivir la mágica comunión familiar que la música es capaz de generar cuando, como en el caso de Canticuénticos, es realizada con talento, dedicación y sustancia.

Desde un crisol sonoro que abreva en los ritmos musicales argentinos y latinoamericanos y textos propios capaces de resistir más de una lectura para conformar así un repertorio atractivo y sólido a la vez, la agrupación santafesina escribió en la Sala de las Columnas del Konex un nuevo capítulo de un fenómeno que actualiza la vitalidad del género infantil en la Argentina.

Apenas pasadas las 19, la banda que está cumpliendo 10 años de actividad y que en escena animan la cantante, flautista, acordeonista y autora Ruth Hillar, las cantantes Daniela Ranallo y Laura Ibáñez, el guitarrista Daniel Bianchi, el bajista Gonzalo Carmelé, el baterista y acordeonista Nahuel Ramayo, abrió la función con el festejo “Nada en su lugar” (“Qué va' hacer!
/Tenemos que jugar para crecer/Qué verdad!/Para jugar hay que desordenar....”).

El rítmico trabalenguas “Tra tra que tra” dio paso a la inclusión del idioma guaraní con el magnífico chamamé “El mamboretá”, para completar una trilogía inaugural basada en su segundo disco “Nada en su lugar”, de 2013.

Ya con el foco puesto en “Algo que decirte”, de 2015, la más reciente producción de la formación que produce Sebastián Cúneo, se sucedieron el poderoso “Ya va, ya voy” y el sabroso “Santo remedio” (“De pronto una musiquita/ empezó a sonar adentro/de la cabeza a los pies, de los pies a todo el cuerpo/ La chinche se fue volando! Qué sí!/ Santo remedio!!”).

También de ese álbum irrumpió el implacable “Hornero qué ves” acerca del pájaro arquitecto que estudia “el nido de los humanos” y reflexiona cuestiones como que “en cuestiones de tamaño/qué tamaña confusión/El nido y sus ocupantes/no se guardan proporción/En esos nidos tan grandes/muchas veces viven dos/en cambio en los más chiquitos/casi siempre hay un montón” y también que “hay nidos que están vacíos/Será que no se dan cuenta/que hay pichones afuera/y están cerradas las puertas”.

Con la presencia en escena de la ilustradora Estrellita Caracol, una artista plástica que trabaja la técnica del collage y junto a quien ayer lanzaron el segundo volumen de “Canticuénticos en papel”, en este caso basado en la sobrecogedora canción de cuna “Noni noni”, pieza que Caracol acompañó creando en vivo una nueva imagen referida al tema.

Para volver a imprimirle potencia a la actuación, llegó “Trunca, renga y chacarera” y enseguida, tras un juego grupal donde el baterista Nahuel se asume doctor para curar una dolencia de la vocalista Daniela, Canticuénticos arremetió con “La cumbia del monstruo”, su máximo hit y la canción que desde hace más de tres años tiene su propio circuito de difusión en los jardines de infantes del país.

Con la sala en ebullición, el sexteto no bajó el tono para “Bate con la cucharita” y cerró la lista formal con el huayno “Quiero para mí” (“Más que eso quiero pedir/y es que no sea todo para mí/
sólo lo disfrutaré de verdad/si lo puedo compartir/Quiero, quiero, claro que sí”).

La banda que este domingo a las 18 participará de la propuesta bonaerense gratuita AcercArte en el CEDEM 1 (Alberdi 5470, Caseros) y el sábado próximo será parte de la XV Fiesta Nacional de la Corvina de Río en Herradura, Formosa, disfruta de un presente que enseña que el camino del éxito puede transitarse desde una propuesta de calidad que abreva en identidades propias y que juega sin resignar contenido.