Barcelona no quiere aflojar ante Alavés

Con Messi, intentará seguir en la lucha desde las 11.15 visitando al Alavés de Pellegrino. Real Madrid, el líder que lo supera con un punto, visita a Osasuna a las 15.45, y se juegan otros dos partidos.

Alavés-Barcelona. Un guiño del destino quiso que tres días después de conquistar plaza en la final de Copa por primera vez en su historia, la semana grande alavesista se cierre con la visita del mismo Barça al que enfrentará en mayo.

Fiesta en Vitoria con un invitado, de lujo, al que no le ocupa tanta fanfarria. El campeón acude a Mendizorroza con la idea clara de llevarse tres puntos, si puede ser por la vía rápida mejor, para aprovechar tantos aplazamientos del Madrid y saborear, aunque sea por un rato, el liderato además de sacarse de encima dudas.

Entre el 4-0 en Eibar y el 1-1 en Sevilla frente al Betis (los dos últimos resultados ligueros lejos del Camp Nou), encontrar el punto medio es el reto futbolístico de un Barcelona que sin el lesionado Mascherano pero con el regreso de Busquets e Iniesta y las necesarias rotaciones buscara reencontrarse a si mismo a través de una victoria a la que acompañe una visión mejorada de lo que mostró frente al Atlético.

LA ETERNA DISCUSIÓN

Se ha instalado otra vez en el entorno del Barça esa cantinela que de vez en cuando acude al plano. Como la imagen futbolística del equipo azulgrana en el último partido de Copa quedó probablemente alejada de lo esperado y solo el resultado dio y quitó razones, la discusión del estilo envenena otra vez al barcelonismo.

Las paradas de Cillessen y el oportunismo de Suárez, acompañados ambos de la magnificencia de Messi, son vistos como las claves que acabaron por meter al Barça en la final de Copa y, a la vez, dan paso a críticas que oscilan entre la lógica, la normalidad y una exageración sin demasiado sustento.

Lo que para algunos es simple para otros es producto de una serie de razones que llevan a una conclusión que parece la misma… pero no lo es. Porque unos consideran que el Barça, por encima de todo, no juega bien, no enlaza tres partidos con su gobierno futbolístico necesario y acaba, para bien y para mal, atado al liderazgo inconmensurable de Leo Messi. Otros, en cambio, empiezan resumiéndolo en la marcha de Xavi y lo acaban argumentando en la supuesta ‘dictadura’ de la MSN.

Entre evolución y transformación, el Barça de Luis Enrique ha puesto en el escenario una evidente verticalidad y vértigo en su juego que aparta del plano el fútbol de posición y combinación que bajo el mando de Guardiola fue innegociable y por más que el entrenador asturiano se empeñe en asegurar que sus principios se mantienen fieles a la idea, hay quienes no pierden la ocasión de negarle cuando un rival consigue hacerle frente.


En estas llega el desplazamiento a Vitoria, previo al viaje a París, en que el Barça entra de pleno en el momento cumbre de la temporada que pone en el escenario la necesidad de conseguir resultados en paralelo al deseo de ofrecer fútbol.

La vuelta de Busquets e Iniesta debe ayudar porque ambos simbolizan la esencia que un día, cada vez más lejano, personalizó Xavi. Entre ellos, Piqué y Messi mantiene el Barcelona su orden. Aunque el poder definitivo de la MSN acabe llevándose todos los focos.

El Barça se la juega, una semana más, en el campo del Alavés. Y más allá de conseguir tres puntos que se entienden fundamentales, pondrá a prueba qué es y dónde está.