La letra pequeña de Instagram
Cuando un servicio o red social es gratuito, el precio a pagar es tu privacidad. Esta es una afirmación que llevamos tiempo escuchándole a expertos de seguridad online, pero en cuyas consecuencias pocas veces nos paramos a pensar. Y claro, luego todos criticamos a este o aquel servicio por traficar con tus datos, cuando es algo que alegremente les hemos dado permiso para hacer.
¿Sabes toda esa lista de condiciones de servicio y normas de privacidad que siempre sueles aceptar sin leer? Pues es ahí donde está toda la chicha, la letra pequeña que define qué se puede hacer en un servicio y qué puede hacer este con tus datos. Hoy hemos buceado en esta letra pequeña, concretamente en la de Instagram, y te vamos a resumir lo más importante que dice para que tú no te la tengas que leer toda.
Una cosa que tienes que tener en cuenta es que estas condiciones son las que son, y si no te gusta alguna la alternativa es no utilizar la red social que te las trata de imponer. Se dan algunos casos, en contadas ocasiones, en los que las críticas masivas de medio Internet hacen que una empresa cambie una u otra condición, pero por lo general son las que son, y si quieres utilizar Instagram no tienes más remedio que aceptarlas.
Condiciones y derechos: las normas del juego
Como todos los servicios, Instagram establece una serie de condiciones de uso para su red social, una serie de advertencias con lo que puedes y no puedes hacer cuando utilizas su servicio, y que tienes que aprobar si quieres completar el registro y utilizarlo También hay lo que llaman "Derechos", que realmente son más condiciones para establecer las normas del juego.
Estas normas básicas establecen, por ejemplo que para utilizar Instagram tienes que ser mayor de 14 años, y no puede mostrar imágenes violentas, transgresoras, o de contenido sexual, ni siquiera desnudos parciales. Eres responsable de lo que se haga a través de tu cuenta, por lo que Instagram se lava las manos, y salvo que tengas permiso expreso no puedes crear una cuenta para una persona que no seas tú. De hecho, al registrarte te comprometes a no crear la de otra persona.
TÚ ERES EL ÚNICO RESPONSABLE DE LO QUE SE PUBLICA A TRAVÉS DE TU CUENTA.
También te comprometes a tener un perfil actualizado diciendo siempre la verdad sobre tí, y a no difamar, acosar ni amenazar a ningún otro usuario. Ah, y lo siento Snowden, pero tampoco debes publicar información privada o confidencial a través del servicio, y si eres un maleante con malas ideas que sepas que no puedes modificar otra web para hacer creer que está asociada a Instagram.
Evidentemente, la red social fotográfica tampoco permite el acceso a su API si no es por las condiciones establecidas por ellos mismos, no puedes realizar ningún ataque contra la web o sus usuarios, ni utilizar en ella bots, rastreadores o arañas.
Instagram deja claro que no reclamará la propiedad del contenido que publicas. Aunque a cambio de registrarte le concedes una licencia totalmente pagada, sin derechos de autor, no exclusiva, y con posibilidad de ser aplicada globalmente. Vamos, que le das permiso para poder utilizar y mostrar las fotos que subes.
También avisan de que ellos se mantienen principalmente gracias a la publicidad, por lo que pueden mostrarte anuncios en tu feed. También te pide que el contenido que subes sea tuyo, y que al subirlo no estás vulnerando los derechos de terceros, y avisa que se guarda el derecho de se guarda el derecho a cerrarte la cuenta por el motivo que sea y en cualquier momento.
De la misma manera, también podrá confiscar nombres de usuario y a eliminar, editar, bloquear y/o supervisar el contenido que consideren que viola las condiciones, del cual tu eres el responsable. Y en el caso de que cambiase de opinión respecto a alguna de las condiciones, Instagram también se guarda el derecho a cambiarlas cuando quiera y sin avisar.
En caso de que haya conflictos con terceros Instagram tiene una página en la que te explican cómo denunciar que han utilizado contenido protegido tuyo, aunque deja claro que en caso de conflicto te comprometes a evitar que Instagram sufra dañoscausados o derivados de las demandas que se puedan interponer.
La letra pequeña de la privacidad
Seguramente las normas anteriores te parecen bastante obvias, por lo que vamos ahora con el plato principal, el de las políticas de privacidad. Es bastante llamativo que en unas páginas de información totalmente traducidas, sea precisamente la sección de privacidad la que esté completamente en inglés, haciéndola más difícil de entender para muchos usuarios.
Aquí tienes una lista con toda la información que Instagram recopila sobre ti. Se trata tanto de la información que les das por el simple hecho de utilizar su red social como la que cedes cuando utilizas alguna de sus funciones como la de buscar amigos, información que como verás luego almacenarán y compartirán con sus socios.
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Información que le damos directamente: Con el sólo hecho de utilizar Instagram, la red social recopila tu nombre de usuario, contraseña y correo electrónico, así como la información personal que añades en el perfil o el contenido que subes (fotos, comentarios, etcétera). También recopila los correos que les envíes directamente a ellos por cualquier necesidad o asistencia.
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Al buscar amigos: Si buscas amigos mediante tu lista de contactos, Instagram accederá a ella para poder realizar la operación, y lo mismo pasa si lo haces desde la opción de buscar tus amigos de Facebook, u otra red social de terceros, que Instagram los cotilleará para poder encontrarlos.
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Información analítica: Instagram utiliza herramientas de terceros para medir tu uso de la red social. Con ellas recopilan las páginas que visitas en la web, los add-ons que utilices y "otra información" que les sea útil, aunque no especifican cual. Para tratar de tranquilizarte dicen que esa información que obtienen no puede ser utilizada "razonablemente" para identificar usuarios concretos.
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Ración doble de cookies: Instagram avisa que utilizará cookies y tecnologías similares para recoger información sobre cómo usas Instagram, o sea que sabrán qué tipo de perfiles visitas y cómo interactúas con ellos. También te las verás con cookies de terceros, ya que los socios publicitarios pondrán las suyas para saber también tus gustos.
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También saben tu IP: Cada vez que accedes a la red social, tu navegador le da cierta información tuya, como tu dirección IP, el tipo de navegador o la página de la que vienes al acceder a Instagram. También recopila el número de clicks que haces y cómo interactúas con los enlaces que te ofrecen, los dominios, o las páginas que visitas. También recopilan este tipo de información cuando te envían un correo para saber cuándo lo abres y en cuales de sus enlaces entras.
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Identifican tu teléfono móvil: Cuando utilizas un móvil o tableta, Instagram advierte que pueden acceder, recolectar, monitorizar y almacenar identificadores de dispositivos para asociar tu uso a tu teléfono móvil, o sea, saber que eres tú desde tu móvil cuando accedes a tu cuenta. Este identificador tendrá datos sobre tu hardware, los datos que almacenas o el sistema operativo. Son recogidos por Instagram, quien también puede enviárselos a terceros para que sepan cómo utilizas Instagram y te puedan enviar contenido personalizado como anuncios.
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Los metadatos tampoco se escapan: Por último, Instagram también recoge los metadatos de tus fotos y vídeos para saber cómo, cuándo y quién sube cada foto. También almacenan los metadatos voluntarios que añadas tú mismo al contenido, como la geolocalización o los hashtags.
¿Y para qué quieren todos estos datos? Según dicen, parte de ellos los utilizan para que sea más rápido el acceso a la aplicación sin tener que introducir siempre tus credenciales, y para ser capaz de mostrarte publicidad que te pueda interesar. También los utilizan a nivel interno para ver los patrones demográficos, de tráfico y el número total de visitantes, para diagnosticar problemas o desarrollar mejoras en el producto basándose en cómo lo utilizan los usuarios.
Según los términos de privacidad, Instagram puede compartir esta información que obtiene de logueos, cookies, datos de geolocalización e identificadores con terceros pertenecientes al mismo grupo de empresas que Instagram, como por ejemplo Facebook, así como empresas externas que les ayuden a analizar los datos, mejorar sus servicios o anunciantes.
Al hacerlo eliminarán de la información los datos que puedan llevar a identificarte para servirlos de forma anónima. También pueden combinar tu información con otras informaciones no relacionadas contigo y después compartirla.
Hay un punto en el que te advierten de que pueden acceder, conservar y compartir tu información si les llegan órdenes judiciales, de registro o citaciones que les pidan hacerlo. Hola NSA y CIA. Además, al registrarte das consentimiento para que lleven tu información a otros países como Estados Unidos, donde las normas y exigencias de privacidad pueden ser diferentes a las europeas.
Y para acabar de rematar la faena, Instagram también advierte de que cuando elimines o desactives tu cuenta, tanto ellos como sus afiliados podrán mantener la información que tienen sobre tí y el contenido que hayas subido "durante un tiempo comercialmente razonable para fines de copia de seguridad, archivado y/o auditoría". Vamos, que cerrando tu cuenta no evitas que sigan almacenando la información que ya compartiste con ellos.