A pesar de tener el foco puesto en la Champions League, el Atlético Madrid llegó a Granada con la obligación de ganar para no hipotecar su presencia en la próxima edición de la competición internacional. Acechado por la Real Sociedad, que busca quedarse con el último boleto del torneo más codiciado de Europa, el Colchonero se presentó en el Nuevo Los Cármenes para medir sus fuerzas ante el debilitado conjunto andaluz que sueña con escaparse del descenso.

A diferencia de los que marcaban los pronósticos, el dueño de casa se mostró muy superior al equipo capitalino, aunque la jerarquía individual de la visita mantuvo en jaque a Guillermo Ochoa. Las intervenciones de Wakaso y Agbo fueron los aspectos más destacados de la primera etapa. El doble cinco protagonizado por los africanos fue lo mejor que entregó el espectáculo.

En el complemento, las limitaciones del arquero mexicano, junto con la calidad de Antoine Griezmann revirtieron los parámetros del pleito. Los gritos de Diego Simeone en el vestuario hicieron reaccionar a un conjunto que se mostró muy por debajo de su nivel. El ingreso de Ángel Correa por Partey también colaboró en el crecimiento ofensivo de los madrileños.

El sufrimiento albirrojo se terminó en el epílogo. El preciso centro de Koke y la efectividad del artillero francés conformaron la agónica victoria para que el Atlético Madrid continúe en la zona de Champions y espere con ansias la revancha de los octavos de final frente al Bayer Leverkusen. Los del Cholo mantienen las esperanzas de conquistar el continente.