The Walking Dead y una misión kamikaze

Con el final de temporada a pocas semanas de distancia, los personajes establecen posiciones en la lucha contra Negan

Sólo faltan dos semanas para el final del séptimo año de The Walking Dead . Muchos personajes aparecieron y muchos murieron a lo largo de las poco más de cien entregas que lleva la serie y esos muertos cada vez pesan más en la vida de los vivos, los que quedaron para despedir a aquellas personas queridas y el nuevo episodio, "The Other Side", trata justamente sobre eso. El capítulo está compuesto por dos grandes segmentos: por un lado, una nueva visita de un grupo de Salvadores a la Colina, y por el otro, el plan suicida de Sasha (Sonequa Martin-Green) y Rosita (Christian Serratos) para matar a Negan (Jeffrey Dean Morgan).

La nueva historia comienza en la Colina, sociedad en la que se refugian Maggie (Lauren Cohan) y Daryl (Norman Reedus). Atentos a no ser descubiertos, los personajes se esconden cuando aparecen los Salvadores, que fieles a su estilo, llegan con la idea de buscar algo que necesitan. Pero lejos de provisiones, armas o incluso medicamentos, esta vez el violento grupo requisa algo muy puntual: un médico, el único con el que esa comunidad cuenta. Sorprendido, al doctor Carson (Keith Harris) no le queda más remedio que obedecer (no hay que olvidar que Negan mató al otro especialista hace algunas semanas) frente a la mirada de Gregory (Xander Berkeley), el cobarde líder de ese lugar. Mientras eso sucede, Daryl y Maggie se esconden en un viejo sótano en el que luego de unos minutos que parecieron horas, logran salvarse de ser descubiertos.

 

 

En este punto de la trama, la posición de Gregory es cada vez más débil y su evidente sumisión contra el grupo liderado por Negan comienza a ser una amenaza para su propio pueblo. Y esto es lo que detecta Jesus (Tom Payne), uno de los hombres fuertes del lugar, y el único de allí decidido no solo a ayudar a la gente de Rick (Andrew Lincoln), sino también a sumarse ante una eventual guerra contra sus opresores. Con Maggie confirmándose cada vez más como una potencial líder de ese lugar, Jesus no duda en presionar a Gregory para que deje de permitir que los Salvadores saqueen el lugar,. Pero el hombre, lejos de coincidir con el pedido, lo amenaza y le da a entender que hasta podría llegar a entregarlo, una actitud que seguramente tenga consecuencias poco felices y que acelere la llegada de la mujer al centro de esa comunidad.

En simultáneo, Sasha y Rosita comienzan su viaje hacia los cuarteles de Negan, en un recorrido que no siempre es ameno y en el que sacan a la luz los rencores surgidos por el hecho de haberse enamorado del mismo hombre y ese viaje que no comienza del todo bien, termina uniéndolas más de lo que hubieran imaginado. Finalmente, las dos llegan hasta la puerta del cuartel central de los Salvadores y allí intentan salvar a Eugene (Josh McDermitt), pero se llevan una sorpresa cuando descubren que el hombre no quiere ser salvado, y prefiere huir hacia la guarida de esos asesinos, que ahora es su nuevo hogar. Las mujeres no salen de su asombro, y en ese momento Sasha rompe la reja y la vuelve a cerrar, eligiendo ir por su propia cuenta a matar al peligroso hombre del bate. Rosita, que parece decidida a acompañarla a como dé lugar, es sorprendida por Daryl, y ahí queda en suspenso si ambos volverán a la Colina, o si intentarán sumarse a Sasha.

La muerte y qué hacemos con ella

Como sucede con varios episodios de The Walking Dead, "The Other Side" es uno marcado por la desaparición física de algunos personajes. El comienzo de temporada, que mostró cómo Negan mataba brutalmente a Glenn (Steven Yeun) y Abraham (Michael Cudlitz), dejó un doloroso vacío en el grupo protagónico, que no veían morir a uno de los suyos con tanta brutalidad desde que se enfrentaran al gobernador. Los hechos posteriores a ese encuentro (el secuestro de Daryl, el grupo dividido e incluso la postura inicial de Rick por bajar la cabeza) dejó en suspenso el luto de los héroes, que procuraron acomodarse a ese nuevo status quo. Pero ahora, con una estrategia en marcha y con la firme decisión de hacerle frente a sus enemigos, los personajes vuelven a reencontrarse con la necesidad de hablar sobre lo que pasó. Y así es que prácticamente por primera vez desde que comenzara la temporada, Daryl y Maggie pudieron tener un minuto a solas. En esa escena, Maggie le dice a su amigo que no debe sentirse responsable por la muerte de Glenn, y él, con lágrimas en los ojos, simplemente le pide perdón. Ella le contesta que no tiene nada que perdonarle porque su presencia es "una de las cosas buenas de este mundo".

Las otras sobrevivientes de un homicidio que marcó un quiebre en esta temporada son Sasha y Rosita. En uno de los último momentos del capítulo, las mujeres comienzan a hablar de la pérdida de Abraham y qué significó su deceso. Quien fuera durante más tiempo la pareja estable de ese personaje, revela que al momento de llegar el apocalipsis, y cuando todos los hombres pretendían protegerla (sin que ella lo necesitara), el motivo que la enamoró de Abraham fue que justamente él no buscó cuidarla, entendiendo que ella podía mantenerse viva sin ayuda de ningún hombre que velara por su seguridad. Sasha, por su parte, reflexionó sobre lo innecesaria que fue su muerte, y cómo Negan, al aniquilarlo de manera tan caprichosa, le arrebató a Abraham el poder "morir con algún sentido", y habla sobre la necesidad de no morir en vano en un mundo marcado por las muertes gratuitas. Sasha, de esa forma, anticipa su propio final ante una meta casi imposible: matar a Negan sin ayuda de nadie. Como ya se mencionó, el episodio termina con Sasha internándose, por su propia cuenta, en los cuarteles de los Salvadores. Y ahí se hace evidente que de esa manera, la mujer inicia una misión kamikaze en la que corre el mayor riesgo posible: exponerse a una muerte absurda sin cumplir la satisfacción de haber logrado su cometido.