¿Es la realidad virtual el arte del futuro?
¿Tiene una escultura de realidad virtual el mismo valor artístico que una escultura de barro hecha a mano? Cuatro artistas internacionales de realidad virtual comparten sus puntos de vista
El 2017 podría convertirse en el año en que el arte se volvió virtual. Cada vez más galerías de renombre en el mundo están incluyendo este medio moderno en sus exhibiciones. Armados con auriculares futuristas, sensores de movimiento e interfaces especialmente diseñados, artistas de todos los géneros están explorando este nuevo medio. Deutsche Welle preguntó a cuatro artistas internacionales de realidad virtual qué significa estar al frente de este movimiento vanguardista.
El ilustrador virtual
El australiano Stuart Campbell, conocido como Sutu, está tratando de llevar la ilustración tradicional y el arte de los cómics a un nuevo nivel. "Pinto desde hace mucho tiempo, y estoy traduciendo esas habilidades a este nuevo medio", explica el artista de 36 años. "Claro que me tengo que adaptar al hecho de que de repente estoy pintando en un espacio tridimensional y que mi arte flota alrededor mío ".
Sutu está convencido de que, al final, tanto en el mundo virtual como en el real, su trabajo consiste en contar una historia. La realidad virtual podría ser la herramienta perfecta para contar una historia, debido a que el usuario puede sumergirse casi por completo en ella; todo lo que ve, escucha y, en algunos casos, incluso siente puede ser controlado por el diseñador.
"Para mí, todo lo digital era muy lento. No es muy emocionante ver a alguien sentado frente a la computadora. En la RV, en cambio, movés tus brazos y caminás, y la gente realmente puede relacionar esos gestos con la animación de las pinceladas", explica Sutu.
La pintora virtual
Hasta hace poco, la británica Liz Edwards, de 27 años, había trabajado en la industria de los videojuegos como artista creadora de personajes 3D. "Siempre he pintado, dibujado y esculpido", cuenta. Lo que la atrae del arte virtual es que, a pesar de ser digital, siempre se trata de crear algo con las manos. "Todas las barreras entre vos y tu arte desaparecen", dice Edwards.
"Me encanta la idea de dibujar y pintar escenas de una obra de naturaleza muerta en 3D, como una especie de cuadro tipo cómic que el público puede explorar. No creo que el hecho de poder entrar en un cuadro jamás deje de ser una experiencia poderosa", sostiene.
El escultor virtual
Para el artista digital Gio Nakpil, de 40 años, que nació en Filipinas y creció en Canadá, el arte debería ser "la cosa más abierta y sociable que se pueda compartir con otras personas". ¿Cómo encaja ahí la RV, para el que se requiere un equipaje costoso y al que se accede más bien de forma aislada a través de anteojos y auriculares individuales?
"Con el tiempo se volverá más barato el hardware para el arte virtual. Me puedo imaginar que en el futuro la RV será mucho más accesible", dice Nakpil, quien se especializa en esculpir monstruos. Algunas de sus creaciones incluso han aparecido en películas de Hollywood, como "La Guerra de las Galaxias" y "Los Vengadores". Actualmente trabaja para Oculus, uno de los pioneros en equipamiento de realidad virtual.
A pesar de pasar tanto tiempo en el mundo virtual, la mayoría de los ídolos de Nakpil -desde Miguel Ángel hasta Beth Cavener Stichter- pertenecen al mundo físico. Tampoco cree que el arte virtual vaya a desplazar las formas tradicionales de arte: "Lo digital, ya sea arte virtual o una pantalla bidimensional, simplemente no se puede comparar con el hecho de sostener barro de verdad en tus manos".
El curador virtual
"El poder del arte virtual es que va más allá de la conciencia. Afecta tu cuerpo de una forma muy fuerte", señala el artista berlinés Philip Hausmeier, que de forma autodidacta aprendió a usar el equipo y los programas de RV. "Reconocí el potencial, uno puede ir más allá de sus límites físicos y crear espacios que no existían antes", explica.
Hausmeier fundó una compañía, que el año pasado comisarió su primera exposición de arte virtual contemporáneo. La exhibición también se presentó en California y Madrid y, pronto, podrá ser visitada en el Centro de Arte y Medios en Karlsruhe.