De Mendiguren: “Aspiro a que Cristina ahora baje los niveles de confrontación

Sorprendido como muchos por el amplio triunfo de la presidenta Cristina Fernández en las primarias, pero a la vez satisfecho por haber acertado el diagnóstico político al proponer un diálogo con el Gobierno –en momentos de gran tensión con el grupo Techint–, el titular de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, se mostró esperanzado en que a partir de octubre, si se ratifica el resultado del domingo, el oficialismo aproveche la legitimidad que le dio la ciudadanía para bajar los niveles de confrontación y generar confianza frente a la carrera precios-salarios.

En una entrevista con El Cronista –que se extendió durante una hora– el empresario textil habló de la pérdida de competitividad de la industria, de los temores ante la crisis mundial y sus efectos sobre Brasil, de la relación con el sindicalismo, del empresariado y su vínculo con el kirchnerismo y hasta de la agrupación “La Cámpora”, que atemoriza al establishment.

–¿Cómo analizan el resultado electoral del domingo?
–Nos pareció importante que el mecanismo de las primarias funcionó. Lo que también nos satisfizo fueron las declaraciones de Cristina posteriores al triunfo, ya que uno esperaba que con ese margen de éxito hubiera una radicalización. El empresariado recibió el resultado con cautela, con la expectativa de qué harán con ese activo. De todas formas, el mensaje de la Presidenta de los últimos tiempos fue tranquilizador.

–¿Le ven más moderada?
–Sí, en privado lo es, y en público también hace pensar que va en ese camino.

–¿Temen que pueda haber una radicalización debido al triunfo tan abultado?
–Hay un sector que sí. Algunos creen que habrá una radicalización, otros ven una continuidad y otros, como yo, que avizoramos un cambio positivo. Lo que más se desea es que continúe el rumbo, pero con cambios importantes. Y ahora tienen un amplio margen para hacerlos.

–¿Da tranquilidad el hecho de que haya ganado Cristina en medio de la crisis y con una oposición tan fragmentada?
–Sí. Se ratifica una tendencia de que cuando a la gente le va bien, no cambia. Y si a eso le sumás la crisis, nadie cambia en la mitad del río.

–¿Cree que la oposición ayudó al triunfo oficialista?
–Es difícil plantarse frente a un país creciendo al 6% o 7%. Para que eso ocurra hay que tener una clara propuesta diferenciadora. Y eso no apareció. Hasta los que estaban enojados con el Gobierno terminaron votándolo.

–¿Considera que puede haber algún cambio de cara a octubre?
–Es un proceso que hay que transitarlo. Nada es definitivo, pero hace pensar que es difícil. La otra etapa será la discusión legislativa. Ahí siempre es bueno tener mayor equilibrio.

–¿Cómo analiza la relación actual con el sindicalismo?
–La relación la veo positiva. Indudablemente, en algún momento algún sector del sindicalismo había planteado cosas fuertes en materia política, como cuando pedían la vicepresidencia. Ahora creo que el sector sindical está más pendiente de lo que es su tarea específica, por lo que a partir de ahí es más simple volver al cauce de lo que tiene que la relación con el empresariado y el Gobierno.

–¿Se imaginan una CGT sin Moyano?
–No, en realidad uno lo primero que tiene que tener es el respeto del dirigente que está. Lo que sí podemos decir es que nos gustaría una CGT con interlocutores que conduzcan, con los que uno pueda fijar acuerdos. Un escenario complejo sería la atomización dentro de la central.

–¿Hoy les cuesta cerrar acuerdos?
–Hoy no porque en la mesa de los convenios salariales, unos más duros que otros, pero van saliendo los acuerdos. Creo que donde tenemos falencias es en el largo plazo, y ese es nuestro desafío para el año próximo. Con la CGT tenemos que sentarnos a discutir juntos la película.

–¿Cuál es el principal problema económico que están percibiendo?
–Yo no veo uno, sino varios. Si se analiza el tema Brasil, es donde más me hace concentrarme en la competitividad. Siempre se relaciona el concepto con el tipo de cambio. Y la competitividad se va perdiendo por cuestiones tributarias, problemas en la aduana, riesgo laboral, entre otras tantas cuestiones. La Argentina nunca encaró esto en serio.

–¿Qué tiene que hacer el Gobierno con el dólar?
–Modificar el tipo de cambio sin atacar lo que mencioné antes, resuelve el problema por un tiempo. Pero luego el problema que no resolviste termina acompañando la ventaja aparente que tuviste y volvés al punto de partida, con el agravante de que deterioraste el salario.

–¿Esperan que haya un combate de la inflación en serio a partir de octubre?
–Sí. Creo que es una preocupación que tienen. La carrera precios y salarios inquieta, pero cuando ganas con estos márgenes una elección tenes la gran oportunidad para generar confianza.