Mitos sobre la dieta ideal

Una de las mayores dudas entre los aficionados al deporte es saber qué comer antes, durante y después de cada ejercicio. Entre las decenas de recetas que se recomiendan como complemento para los entrenamientos, existen distintas creencias que pueden resultar inadecuadas

Realizar actividad física tiene sus secretos, y en la forma de alimentación radican varios de ellos. Existen decenas de dietas en las que se recomiendan distintos modos de alimentarse o determinados consumos. Ya sea para lograr resistencia o antes de entrenar para desarrollar fuerza, en definitiva no siempre es claro lo que se debe o no consumir. Para sacar el máximo provecho a la rutina de entrenamiento es conveniente descartar algunas opciones que nacen a partir de falsas creencias.

Mito: existe una dieta perfecta

Realidad: en la parte de la nutrición se trata de buscar la receta milagrosa, el nutriente milagroso o el suplemento milagroso que nos haga mejorar el rendimiento, pero lo que necesita el deportista es conocerse mucho más para entender qué alimentos le funcionan mejor en cada momento y en cada situación.

Mito: se deben consumir proteínas luego del ejercicio

Realidad: a pesar de que muchos pueden pensar que es así, no es una práctica que se recomiende, más allá de las necesidades proteicas de cada individuo. Las células del cuerpo tienen una mayor capacidad de asimilar nutrientes post ejercicio, pero la recomendación es que se debe suplementar durante todo el día un aporte de proteínas controlado y sostenido. Los individuos presentan distintos niveles de tolerancia a las proteínas, lo cual depende no solo del aspecto genético sino también del tipo de ejercicio y su intensidad.

Mito: la dieta debe ser rica en pasta y otros carbohidratos

Realidad: varias investigaciones comprueban que el consumo aumentado de carbohidratos no tiene efecto en el rendimiento cuando el entrenamiento dura menos de 90 minutos. Esto es debido a que en las sesiones de ejercicio cortas y de poca intensidad los niveles de glucógeno muscular no se agotan totalmente. En sesiones mayores a los 90 minutos este glucógeno se consume totalmente y allí sí serán útiles los carbohidratos.

Mito: cualquier bebida energética sirve

Realidad: existen muchas diferencias entre estos productos que hacen que sean más o menos efectivos para determinado deporte o individuo. Lo cierto es que el único líquido realmente necesario para quienes practican deporte en forma moderada es el agua. La etiqueta nutricional permite identificar qué es lo que contienen cada bebida y saber para qué es mejor. Algunas tienen más hidrato de carbono, otras con más proteínas, otras con más vitaminas o minerales.

Mito: las grasas son malas para el organismo

Las grasas se consideran dañinas para la figura y la salud en general, pero no es precisamente así. Sin grasas el metabolismo sano es simplemente imposible. Sin esos elementos, no se absorben las vitaminas A y E, y prácticamente dejan de producirse las hormonas sexuales. La deficiencia de grasas provoca el envejecimiento prematuro de la piel y afecta el hígado. Por lo tanto, el aceite, especialmente vegetal, se debe limitar pero no rechazarlo por completo. Es mejor comer menos alimentos que contienen grasas ocultas y no siempre saludables: embutidos, mayonesa, galletas, pasteles.

Mito: se puede comer de todo

Realidad: existe mucha desinformación respecto al tema de la nutrición, lo que lleva a que aparezcan mitos. Lo cierto es que al final es el propio deportista el que tiene que saber cómo funciona su cuerpo. No hay alimentos milagrosos que te van hacer mejorar el rendimiento ni adelgazar, sino que hay buenos hábitos y malos hábitos.