Duras críticas de la Iglesia venezolana al régimen de Maduro
Advirtió que la Asamblea Constituyente es peligrosa para la democracia y acusó al gobierno de imponer un sistema "totalitario, militarista, policial, violento y represor".
La poderosa Conferencia Episcopal venezolana, que incluye una cuarentena de obispos y dos cardenales, rompió definitivamente con el régimen del presidente Nicolás Maduro: “Rechazamos la convocatoria a esta Asamblea Constituyente y exhortamos a la población en general a no resignarse y a levantar su voz de protesta”, afirma un comunicado que cayó muy fuerte hoy en el Vaticano, que no hizo hasta ahora comentarios.
Venezuela tiene 25 millones de habitantes, de los cuales un 90% son bautizados católicos.
La Asamblea, que cambiará la Constitución pero sin el voto universal y directo, marginando a los partidos políticos, “es peligrosa para la democracia venezolana, para el desarrollo humano integral y para la paz social”, añade la declaración.
Los obispos venezolanos cargan las tintas acusando al régimen de querer imponer “el socialismo del siglo XXI”, que es “un sistema totalitario, militarista, policial, violento y represor”.
La propuesta de llamar a una Constituyente, “es innecesaria” pues lo que necesitan los venezolanos “son los alimentos y medicamentos que escasean”, además de “libertad, seguridad personal y jurídica, y paz”, sostiene la Conferencia Episcopal.
Maduro aseguró ayer domingo que no tiene otra opción que convocar a la Constituyente para enfrentar “una insurgencia armada” de la oposición para derrocarlo. El presidente dijo que se había elegido el sistema sectorial, de elección a través de sindicatos, organizaciones sociales y municipios, porque “rompe los esquemas de la democracia formal, burguesa”. El dirigente de la oposición Henrique Capriles afirmó que “la Constitución venezolana no admite las elecciones sectoriales”.
La exasperación de los enfrentamientos desde el 1 de abril, que han causado ya 39 muertos, hace temer una generalización mayor del caos que desemboque en una guerra civil abierta. Los obispos de Venezuela pidieron en su declaración a los ciudadanos “no caer en el juego de quienes generando violencia quieren conducir al país a escenarios de mayor confrontación con el fin de agravar la situación y mantenerse en el poder”.
La Conferencia Episcopal afirmó además que “no hace falta reformar la Constitución sino cumplirla”.
La convocatoria de la Asamblea “manejada en sus bases y en la elección de sus miembros por el gobierno, la hace parcial, monocolor y excluyente”. “Es un nuevo intento en el afán de sustituir a la actual Asamblea Nacional, elegida por una mayoría abrumadora representativa de la voluntad popular”, que está dominada en sus dos tercios por la oposición. Tras perder por amplio margen las elecciones, el gobierno esterilizó las facultades del Poder Legislativo nombrando una nueva Corte Suprema de Justicia antes que asumieran los nuevos representantes elegidos.
Los obispos venezolanos agradecieron una declaración del Papa Francisco, que en un apremiante llamado al gobierno y a la sociedad venezolana para evitar “cualquier ulterior forma de violencia”, pidió que sean respetados “los derechos humanos y se busquen soluciones negociadas a la grave crisis humanitaria, social, política y económica que está agotando a la población”.
La Iglesia venezolana decidió convocar para el domingo 21 una “jornada de oración” por la paz y el entendimiento en el país.