Las bajas temperaturas les quita a muchos las ganas de moverse. Sin embargo, 30 minutos de actividad física por día y en entornos naturales te renuevan. 

La primavera suele ser la época en que la mayoría arranca con el ejercicio físico para llegar al verano de la mejor manera. Pero, más allá de lo estético, lo óptimo es no parar con la actividad, aun en otoño o en invierno. 

“El frío y la lluvia son una invitación para quedarnos en casa mirando televisión, pero moverse un poco te hace sentir renovado, de buen humor y con energía”, asegura Ricardo Borgogno, profesor de Educación Física. 

Lo interesante es que en esta época no es una opción única ir a un gimnasio o encerrarse para ejercitarse. “Con la planificación adecuada se puede aprovechar al máximo el aire libre. Nuestro cuerpo está diseñado para el movimiento y hay que mantenerlo activo”, agrega. Grupo Edisur te cuenta en esta nota por qué el frío y el ejercicio son perfectamente compatibles.

Mejor que en ningún otro momento

Aunque pocos lo sepan y aunque parezca extraño, hacer actividad física en las estaciones frías trae aparejados importantes beneficios, incluso mayores que en los meses de temperaturas más elevadas.

Por ejemplo, hacer ejercicio en días frescos puede aumentar hasta un 30 por ciento la quema de calorías. Esto se debe a que el organismo aumenta la quema para mantener el calor corporal.

Asimismo, la actividad es una aliada en la lucha contra los resfriados, ya que refuerza el sistema inmunológico, al tiempo que también fortalece el corazón, el cual debe esforzarse más para distribuir la sangre. Y, como si fuese poco, el agregado de moverse en exteriores –espacios verdes– otorga mayor tolerancia al frío y mayor relajación, diversión y aire más puro. 

Qué hacer

• Caminatas
• Running
• Ciclismo
• Yoga 
• Trotes
• Entrenamiento funcional