¿Cuál es la peor red social para jóvenes?
No se trata de distracciones o de modificaciones en el lenguaje. El culto al cuerpo y la presión por rozar la perfección que se da en sus publicaciones, pueden favorecer la aparición de enfermedades mentales en los jóvenes.
Instagram se ha convertido en algo más que en un álbum interactivo de las fotografías de los usuarios. Desde empresas publicitando sus productos y creando comunidad, hasta quienes buscan el apoyo de la red social para superar una enfermedad o cambiar de estilo de vida, Instagram es una poderosa herramienta.
Sus usuarios son, de forma mayoritaria, jóvenes de menos de 30 años y, según un reciente estudio, son los más vulnerables. Instagram es la red social que más puede afectar a su salud mental.
El impacto que en los jóvenes tiene la rutina de subir fotografías, mostrar el cuerpo y conseguir “me gustas” puede ser negativo y llevar a la obsesión, según establece la investigación de la Royal Society for Public Health de Londres. Una concepción negativa del cuerpo puede abrir la puerta a desórdenes mentales en adolescentes.
En el estudio se pidió a los jóvenes que catalogaran las diferentes redes sociales en función de lo que pudiera generar su uso: ansiedad, soledad o construcción de una comunidad.
La red social mejor valorada fue YouTube, seguida de Twitter. Después, Facebook y Snapchat. Aunque las redes sociales están pensadas, en su lado positivo, para conectar a las personas por gustos e intereses, lo cierto es que pueden conseguir un efecto negativo, fomentando la aparición de crisis, depresiones y enfermedades mentales si no se utilizan con propiedad y, sobre todo, sentido común.
Las redes sociales son más adictivas que el alcohol o el tabaco según explican desde la RSPH en su informe, y como tal, se deben usar con precaución.
Instagram trata actualmente de construir una plataforma basada en los valores de la comunidad y ayudar a quienes la usan como vehículo para superar sus propias dificultades en este sentido, últimamente ha lanzado herramientas para ayudar a quienes poseen, por ejemplo, depresión o propensión al suicidio.