Lucas Alario convive con el vértigo de haberse ido al descenso con Colón, de haber resuelto la vuelta a Primera, de llegar a River, de estar merendado en el Monumental y que Marcelo Gallardo le anuncie que jugará la semifinal de la Copa Libertadores, de ganarla, de resistir ofertas de Europa, de conseguir la Copa Argentina, de aguantar la presión de una tonelada de millones chinos, de quedarse y no marearse, de hacer un gol en La Bombonera y de, a fuerza de todo lo anterior, ganarse un lugar en la primera lista de convocados de Jorge Sampaoli para la gira en Oceanía.

Lo de Alario es un premio doble. O triple. Porque partió de la base de que Gonzalo Higuaín no podría estar al cien por ciento para el primer partido de la gira en Oceanía, contra Brasil. Porque Mauro Icardi tiene una distensión muscular, aunque llegará bien, pero no es un detalle para obviar. Entonces, eso le abría la puerta a Sergio Agüero, quien no está en la lista simplemente por cómo consideró su rendimiento el entrenador en los últimos tiempos. Ahí es donde el futbolista de River sacó diferencia. Y se ganó el lugar.

Alario tiene 12 goles en lo que va del torneo. En la Copa Libertadores metió 3. Su semestre ha sido determinante para Marcelo Gallardo. Su sociedad con Sebastián Driussi es extraordinaria. Entonces, fue convenciendo al próximo cuerpo técnico de Selección de que podía ganarse un lugar. Alario, además, es muy fuerte en el juego áreo y eso abre el abanico para una opción más en el ataque. 

Aunque a River le complique el desgaste que producirá en el futbolista la gira, Gallardo considera que es un premio ganado. Al club, además, le dará visibilidad para seguir incrementando las ya suculentas ofertas que llegan por él. Es probable que en el debut, contra Australia, siendo suplente, pueda terminar sumando algunos minutos. Como con Edgardo Bauza, Alario va ganándose un lugar en Argentina.