Nueve claves para lograr un cuerpo flexible

El paso del tiempo esconde un proceso de tensión que condiciona la libertad de movimiento ¿Cómo recuperarla?

Un cuerpo flexible contribuye al bienestar general, ya que reduce las malas posturas, relaja la mente, previene lesiones, evita la aparición de tendinitis, entre otros beneficios. Por el contrario, cuando no se estimula y trabaja la elasticidad, algunas de las repercusiones negativas que pueden presentarse son los dolores cervicales, de cabeza o en la zona lumbar.

La falta de estiramientos afecta en todos los órdenes de la vida. Genera un deterioro paulatino tanto en el aspecto físico como mental. Desde nublar la claridad en la toma de decisiones a un empresario que debe generar ideas, promover y consolidar proyectos, hasta contracturas y dolores intensos a un oficinista que debe pasar largos periodos en posiciones con poca movilidad.

Por todo ello, es importante fomentar la plasticidad corporal. "Si te disponés a transitar la vida para poder cumplir y alcanzar todo lo que te proponés, la flexibilidad debe acompañarte y el estiramiento es la puerta de entrada para lograrlo", dijo Marcelo Barroso Griffiths, miembro de la Asociación Quiropráctica Argentina (AQA), quien brindó una serie de tips fundamentales para seguir.

– Se debe estirar en series de tres a cinco repeticiones, lentamente, acompañando con la respiración. Recordar siempre que el movimiento es lento, en armonía, nunca brusco. Lo ideal es tener un ambiente óptimo preparado, bien aireado y utilizar ropa adecuada. Y obviamente, nunca estirar después de comer.

– Nunca se debe estirar con rebote: "Imaginemos que nuestros tendones y músculos son como un chicle. Estos rebotes puede lesionarnos haciendo que se estiren de más y produzcan procesos más complejos como tendinitis o desgarros", afirmó el especialista.

– La correcta respiración permite reducir la frecuencia cardíaca, mejorando los volúmenes de sangre y favoreciendo la concentración. "Después de estirar, relajado, enfocarse en fluir la entrada y salida de aire, llenar los pulmones, sacar el aire lentamente, y sentir esa sensación de paz y de satisfacción de saber que hoy uno se ha ocupado de su salud".

– Para el deportista, lo óptimo es realizar ejercicios de estiramientos antes y después de la práctica para favorecer la capacidad reactiva al ejercicio y acelerar la eliminación del ácido láctico, respectivamente, impidiendo que el músculo no se torne rígido, reduciendo la posibilidad de calambres y mejorando su capacidad de recuperación.

– Es necesario centrar el trabajo en aquellos músculos que más se emplearán en la práctica. Por ejemplo en el caso del running, en los miembros inferiores: isquios, cuádriceps, sóleo, aductores, peroneos, tibiales, psoas, aunque también es conveniente focalizar en la espalda baja, cuello y brazos.

– Es importante también, para finalizar la actividad física, ir disminuyendo lentamente la intensidad del trabajo muscular, de movimientos, para luego sí proceder a los estiramientos.

Imagen ilustrativa