El 28 de noviembre del 2000 amaneció soleado y agradable en Buenos Aires. En Madrid era mediodía y hacía frío, pero no tanto como en la tarde/noche de Tokio. Allí, a más de 18 mil kilómetros de casa, en otro hemisferio y por una copa que ya no existe más, Boca hizo historia ante Real Madrid. Una que, 16 años más tarde sigue más vigente que nunca. Una que, este sábado, Zidane, Cristiano Ronaldo y compañía intentarán revalidar ante Juventus.

Difícilmente pase al olvido aquella Copa Intercontinental para los hinchas xeneizes. Primero, por la rapidez que tuvo el equipo para ponerse en ventaja gracias a los dos goles madrugadores de Palermo. Segundo, por el gran partido que jugó Juan Román Riquelme. Y tercero, por el potencial de aquel conjunto que dirigía nada más y nada menos que Vicente Del Bosque y que tenía jugadores de la talla de Raúl, Guti, Figo y Roberto Carlos, entre otros.

Sin embargo, y a pesar de que en el medio haya sido multicampeón de todo con aún mejores futbolistas, los fanáticos del Merengue tampoco podrán olvidarla con tanta facilidad. Y es que aquella final fue la última a nivel internacional que la Casa Blanca disputó y no pudo ganar.

Después de caer ante el conjunto de Carlos Bianchi, el club español jugó tres finales de Champions League (la 2001/02 ante Bayer Leverkusen, la 2013/14 contra Atlético de Madrid y la 2015/16 también ante el Colchonero), una Intercontiental, en 2002 ante Olimpia, dos Mundiales de Clubes (en 2014 ante San Lorenzo y en 2016 ante Kashima Antlers) y tres Supercopas de Europa (en 2002 ante Feyenoord y en 2014 y 2016 ante Sevilla). Las ganó todas y sumó 9 títulos internacionales en 16 años. Pero no pudo sacarse la espina del 2000, año en el que también cayó en la Supercopa ante Galatasaray.