La Basílica de Guadalupe recibe a los fieles con su casa renovada

Vitrales y rampas nuevas; y un camarín refaccionado son algunas de las obras que se llevaron a cabo en el Basílica. Hoy a las 15.30 es la peregrinación y la misa.

 Ayer comenzó la 112ª peregrinación arquideocesana a Guadalupe y durante todo el día hubo un incesante ingreso de devotos a los cuales la Basílica les abrió sus puertas. En esta edición cuyo lema es “Madre, danos fuerza para amar y servir a la vida”, la casa de la Virgen luce renovada y estrena algunas obras que se hicieron con los aportes de los feligreses y también del gobierno provincial.

En los últimos años, la infraestructura de la iglesia comenzó a mostrar una serie de falencias por lo que se necesitaba una restauración integral de la basílica Nuestra Señora de Guadalupe. La ayuda de los feligreses fue muy importante porque de un total de 4,5 millones de pesos, el 55 por ciento salió de las arcas del gobierno provincial y el 45 por ciento restante de los aportes de los feligreses.

El párroco Olidio Panigo, a cargo de ese templo, dio a Diario UNO los detalles de los trabajos que ya se llevaron a cabo y que se pueden ver durante este fin de semana en la fiesta, y cuáles aún faltan terminar para que la Basílica luzca totalmente recuperada. “Desde el año pasado y hasta ahora la gente se va a encontrar con nuevos vitrales, por ejemplo los que están en la parte de enfrente de la Basílica y también otros nuevos en la parte de la sacristía; y otro que mira hacia la plaza del folklore con la imagen de Jesús buen pastor”, comenzó a detallar el sacerdote.

Al mismo tiempo agregó: “Además en la parte oeste de la iglesia se construyó una explanada nueva a través de la cual la gente hace la cola para llegar hasta el camarín lo cual les va a dar más tranquilidad. En ese lugar también se construyeron baños nuevos que son más pequeños que los anteriores pero los otros necesitaban ser remodelados. Además, se colocó el piso de cinerario. Estás son las obras nuevas que se hicieron en el último año”.

Bajo esa línea el párroco Panigo contó que “está en un estado muy avanzado la recuperación de las aberturas de madera”. “Se están restaurando, quitando la pintura anterior y haciéndoles un tratamiento especial para que puedan lucir y durar más tiempo”.

Las metas pendientes
De todas maneras, el sacerdote aseguró que “aún quedan muchas cosas para hacer”. En ese sentido, detalló: “Hay que terminar unas cuestiones de iluminación, toda la parte perimetral, sólo se está haciendo el contrapiso para luego colocar el piso y después uno de los trabajos más importantes es el tratamiento a la fachada, que al ser un edificio tan alto, con tantos metros cuadrados de edificación se necesita una erogación muy grande que en estos momentos no está a nuestro alcance encararlos pero sería uno de los trabajos necesarios como sería también la parte de enfrente donde se buscaría liberar el acceso hacía la Basílica, quitamos los canteros y además sacando los árboles para que se vea de una manera más clara”.

En el interior de la Basílica también se hicieron rampas para acceder a la parte del crucero, pero no para el camarín porque son muchas las escalinatas y se hace imposible hacer estás pasarelas. Además, están previstas rampas en la parte de enfrente y del lado este donde está el cinerario. “En cuanto a la pintura se hizo el año pasado y eso impactó mucho porque es como que cambió toda su fisonomía en el interior”, agregó Panigo.

En cuanto a los fondos, el sacerdote manifestó: “Esta última parte se hizo con la donación de los feligreses. Es bueno destacar que todos los trabajos que se hicieron el 45 por ciento se afrontó con donaciones y el otro 55 por ciento con aporte del gobierno provincial, primero en la gestión de Jorge Obeid, que aportó un millón y medio de pesos, y ahora cuando comenzó la gobernación de Hermes Binner, aportaron un millón de pesos más para los trabajos”.

La invitación
Por último, el religioso Olidio Panigo dejó un párrafo para invitar a los devotos de la virgen a acercarse a la Basílica en el día de hoy, sobre todo a las 15.30 cuando se lleve a cabo la peregrinación y luego la misa central a cargo del arzobispo José María Arancedo.

“El deseo es que esto que nos reúne, nos convoca, que nos hace descubrirnos más unidos. Con el hecho de ser peregrinos y ver al otro que peregrina también es como vernos acompañados. Tratar de desterrar la rivalidad y ver al otro como un amigo, darle una mano a quien lo necesita, colaborar, y entre todos es la única manera de conseguir lo que todos queremos que es vivir en paz”, concluyó Panigo.