El ahogamiento seco: la afección que ataca fuera del agua
Un caso en Estados Unidos despertó la intriga sobre esta extraña patología poco conocida, cuyas consecuencias aparecen 24 horas después de haber estado sumergido en el agua
La intriga se disparó tras un trágico hecho. Un niño de 4 años de Texas fue víctima del agua. Falleció ahogado, pero no en el momento, sino una semana después de nadar en unas vacaciones familiares. El caso llamó la atención. Aunque se crea que el riesgo de ahogamiento termina cuando se sale de la piscina o se llega a la orilla en una playa, el peligro, sin embargo, puede permanecer.
Frankie Delgado estaba jugando en aguas poco profundas durante un viaje de fin de semana al Dique de la Ciudad de Texas cuando una ola lo golpeó y lo hundió, tal como contó su padre, Francisco Delgado Jr, a la revista People. Durante el incidente, un amigo de la familia lo ayudó a salir del agua. Luego, el niño se mostró recuperado.
Pero al día siguiente empezó a manifestar signos que indicaron lo contrario: tuvo vómitos y diarrea, síntomas que creyeron que se debían a una bacteria en el aparato digestivo. Una semana después, el menor no resistió. En los análisis en el hospital los médicos encontraron agua en sus pulmones y alrededor de su corazón.
El reciente suceso sacó a la luz un riesgo que además de ser poco frecuente para la mayoría es poco conocido. La causa aducida al fatal desenlace fue el "ahogamiento seco", una condición poco usual en la que hay una reacción física retardada a la inhalación de agua. Esta respuesta orgánica es el resultado del agua que queda en los pulmones que provoca la aparición de un edema o hinchazón. Cuando los conductos de aire en los pulmones están llenos de agua, son incapaces de intercambiar oxígeno hacia y desde la sangre, haciendo que los niveles de oxígeno en la sangre disminuyan y el corazón se desacelere.
Existe además otro riesgo similar, llamado "ahogamiento secundario", que ocurre cuando el agua diluye o quita el surfactante pulmonar, sustancia vital para evitar que las pleuras se peguen y colapsen. En estos casos, el cuerpo no puede intercambiar dióxido de carbono y oxígeno, lo que deriva en edema pulmonar. Los síntomas aparecen durante el transcurso de las 24 horas luego de permanecer sumergido en el agua.
Mark A. Mitchell, un experto en emergencia osteopática de la American Osteopathic Association, detalló los síntomas. Entre las señales de alerta para acudir al hospital están la dificultad para respirar, tos, somnolencia o caída del nivel de energía, irritabilidad, dolor de pecho, vómito. "Muchos padres no reconocen los signos de un ahogamiento secundario porque creen que su hijo está cansado tras un largo día de natación, o agotado por casi ahogarse en la piscina, pero si algo le ha sucedido, es importante examinarlo como medida de prevención", dijo el especialista.
Para prevenir accidentes, Mitchell dio recomendaciones a seguir: enseñar sobre los peligros del agua; ayudar a sus hijos a aprender a nadar lo antes posible; asegurarse de que las piscinas estén debidamente vigiladas; advertir a los adolescentes sobre el riesgo de nadar bajo la influencia de drogas y alcohol; no dejar que los niños naden solos; evitar los juegos violentos en y alrededor del agua.
Mike Patrick, doctor de urgencias del Nationwide Children's Hospital en Columbus (Ohio, EEUU) comentó a Live Science que estima que estos tipos de ahogamiento afectan aproximadamente a un 5% de los niños que, luego de estar sumergidos, tienen problemas para recuperar la respiración. Y agregó que si un niño pasó por un momento de estar sumergido en el agua, se debe seguir su evolución entre las 24 y 48 horas posteriores.