La Justicia rosarina consideró que el testimonio de un investigador privado puede ser determinante para declarar un divorcio.

Una mujer contrató a una persona para que realizara un seguimiento de su esposo y estableció que el hombre era infiel.

El testimonio de quien efectuó la pesquisa privada fue incorporado a la causa judicial y ahora la Sala Cuarta de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial confirmó la resolución que declara el divorcio.

Los camaristas Jorge Peyrano, Avelino Rodil y Edgar Baracat entienden que el testimonio del investigador confirmó la infidelidad moral y que los resultados del seguimiento deben ser tenidos en cuenta como pruebas de los hechos.

En el ámbito jurídico consideran que la infidelidad moral no requiere la prueba de la comisión material del adulterio, sino que abarca a todos los hechos incompatibles en el marco del matrimonio.

Se sostiene en la resolución que “las actitudes equívocas de un cónyuge con otra persona pueden constituír injurias aún cuando no se pruebe el adulterio”.