11 cosas que no siempre es bueno compartir en redes sociales
Uno de los primeros consejos que se les suele dar a los niños cuando empiezan a conectarse a Internet y a usar redes sociales es que vayan con mucho cuidado con las cosas que comparten online, porque nunca sabes hasta quién puede llegar esa información.
De hecho, quizás hayas visto alguna vez uno de esos textos de Facebook en las que un profesor trata de concienciar a sus alumnos sobre el alcance de sus publicaciones y pide a todos los que lean el texto que dejen un comentario con su ciudad.
El caso es que aconsejamos muy bien a los niños, pero a la hora de la verdad, nosotros mismos metemos la pata en muchas ocasiones saltándonos esas mismas recomendaciones, y compartiendo alegremente datos personales, ubicación, cosas confidenciales del trabajo, fotos comprometedoras y más... Por eso no está de más que le demos un repaso a esas cosas que nunca deberías compartir en redes sociales (aunque al final, como siempre, todo quede a tu elección).
1. Que te vas de vacaciones
Éste es el consejo estrella de esta época del año, que cada año suele recordarnos la Policía Nacional desde su cuenta de Twitter. Hay que evitar dar pistas sobre los planes de vacaciones, en especial las fechas en que tu casa se va a quedar vacía. Si publicas esa información en redes sociales y no sabes bien quién puede leerla, podría llegar a ojos inapropiados, y tú encontrarte con tu casa saqueada a la vuelta de vacaciones.
2. Tu dirección de email
A no ser que seas amante del spam, nunca deberías publicar tu dirección de correo electrónico en Internet. Para eso puedes usar una dirección de email temporal, o crearte una segunda cuenta alternativa que puedas usar para estas cosas y que no te importe que se acabe inevitablemente llenando de correos no solicitados.
3. Tu número de teléfono
Igual que con el correo electrónico, tampoco deberías publicar tu número de teléfono en Internet: ni redes sociales, ni foros, ni nada por el estilo. Si te lo piden en un formulario, comprueba que sea realmente necesario, que la web tenga el protocolo HTTPS y que confirmen que protegen tus datos personales. Dejar tu número en cualquier otro sitio es invitar a que te llamen todas las tardes a la hora de la siesta ofreciéndote un ADSL más barato.
4. Tu dirección real
Esto podría ser lo más peligroso; si no le darías tu dirección real a un desconocido, ¿por qué publicarla en Internet? Este tipo de información sólo debería facilitarse, como el anterior, en formularios seguros y en caso de que sea totalmente necesario (por ejemplo, estás haciendo una compra online). Cualquier otra cosa es un riesgo para la seguridad personal y la privacidad.
5. Tu ubicación
Este punto está relacionado con el anterior, y a la vez puede ser un poco polémico. ¿El motivo? Hay muchas apps que precisamente invitan a compartir tu ubicación, desde Swarm hasta Yelp, pasando por el propio Facebook o las fotos geolocalizadas de Instagram.
Personalmente es un dato que no me gusta compartir públicamente, pero puedo entender los motivos de alguien para hacerlo. Eso sí, tienes que ser consciente de que te pueden pasar cosas como ésta, a menos que, de nuevo, revises muy bien las opciones de privacidad de la app en cuestión.
6. Fotos de menores
Lo más normal cuando tienes un hijo es inundar las redes sociales de fotos suyas, pero deberías tener en cuenta dos puntos importantes: uno, a la mayoría no nos interesa tanto como a ti o a tus familiares; y dos, ¿te has parado a pensar si a tu hijo, cuando tenga uso de razón, le hará gracia que desde el minuto uno de su vida lo hayas compartido todo de él en redes sociales?
En Francia, no hace mucho, la policía tuvo que advertir a los padres sobre el peligro de poner fotos de sus hijos en Facebook, no ya sólo pensando en pederastas, sino también en las posibles consecuencias sociales y psicológicas para el niño a largo plazo.
La cosa es aún más grave si se trata de menores que no están bajo tu tutela (los amigos de tus hijos, por ejemplo). En ese caso, deberías siempre pedir permiso a sus padres.
7. Quejas del trabajo
Lo sabemos: las redes sociales son la válvula de escape perfecta cuando tienes un mal día en el trabajo. La tentación de desahogarte con un post en Facebook o una serie de tuits es muy grande, pero lo cierto es que deberías evitarlo por todos los medios.
Nunca puedes estar seguro del todo de que esa queja no le acabe llegando al jefe o compañero de trabajo que criticas, y además puede afectar a tu carrera profesional en el futuro. Recuerda que todos los recruiters comprueban ahora los perfiles de redes sociales de los candidatos antes de decidirse por uno.
8. Conversaciones personales
Bajo este punto podrían englobarse las conversaciones que mantienes en apps como WhatsApp o Telegram, y también los correos personales. Aunque fijándonos estrictamente en el Código Penal, compartir una conversación de WhatsApp en la que has participado no es delito, ha habido casos en el pasado en los que se ha condenado a personas que han hecho públicas estas conversaciones.
En todo caso, sea o no delito, compartir públicamente una información que alguien te ha revelado con total confianza es moralmente reprobable, y algo que no debería llegar jamás a redes sociales.
9. Fotos de tus amigos
Está muy bien que compartas fotos de las cenas, fiestas o salidas en bici que organizas con tus amigos, para que todos puedan verlas. Pero asegúrate siempre de que saben que las vas a poner online, y de que no les importa salir en redes sociales. Aunque no sean menores, como en el caso de antes con los niños, también tiene sus propios derechos de imagen.
10. Documentos privados
En este punto todos deberíamos ir con mucho cuidado. Hay cosas que hace ilusión publicar, como tu primer contrato de trabajo o tu primera nómina, o una nueva tarjeta de crédito personalizada con tu foto. Pero en todos esos documentos hay información confidencial, así que o bien la tapas con el dedo para hacer la foto, o bien le aplicas un efecto de desenfoque.
De lo contrario, te puede pasar como a Paula Vázquez, que publicó un documento con su número de móvil en Twitter, y tuvo que cambiar de número ante el acoso a llamadas y mensajes. Otro ejemplo curioso de lo poco cuidadosa que es la gente con estas cosas es la cuenta de Twitter @NeedADebitCard, que recopila las fotos de tarjetas de crédito que muchos usuarios publican online.
11. Fotos comprometedoras
Si antes decíamos que no era recomendable publicar fotos de tus amigos sin comentárselo antes, lo es todavía menos si esas fotos son comprometedoras: borracheras, fiestas un poco pasadas, situaciones graciosas para vosotros pero vergonzosas para el resto... No es recomendable publicar este tipo de contenido, ni de tus amigos, ni tuyo. Pero si insistes en hacerlo, al menos asegúrate de que no lo verán las personas inapropiadas.