La medicina debería saber si los pacientes son felices o no
Una reciente y novedosa investigación científica sugiere que la relación entre la felicidad y la salud es estrecha y observable. Cuál es el impacto en el cuerpo
La relación entre la felicidad y el bienestar puede ser para muchos inexistente y para otros lógica. Ser feliz, sentirse agradecido y dichoso por las cosas de la vida proporciona una sensación tan agradable que es difícil creer que ese estado no influya en la salud. Ese interrogante, que parece una cuestión trivial, es una de las preguntas que viene investigando la ciencia hace tiempo.
Ahora, un nuevo estudio, publicado en Applied Psychology: Health and Well-Being, indagó en profundidad los efectos del "bienestar subjetivo" -una medida de cómo las personas evalúan sus propias vidas- sobre diversos aspectos de la salud física. Y forma parte de esta preexistente curiosidad científica por la felicidad y sus efectos: el documento hace referencia a más de 20 revisiones científicas previas y más de 150 estudios.
Los resultados más recientes confirman con "casi ninguna duda" que la felicidad realmente puede influir en la salud, según el autor principal Edward Diener, profesor de psicología social en la Universidad de Utah, Estados Unidos. Además, los investigadores presentaron teorías sobre cómo esto podría suceder. En primera instancia, descubrieron que las personas felices tienden a cuidarse mejor y elegir comportamientos saludables -como ejercitarse, comer bien y dormir adecuadamente- por sobre los no saludables.
También hay pruebas de que la felicidad puede tener efectos beneficiosos sobre el sistema cardiovascular e inmunológico, influencia en las hormonas y los niveles de inflamación y la capacidad de acelerar la cicatrización de heridas. Incluso se ha relacionado con el desarrollo de telómeros (extremos de los cromosomas que se acortan con la edad) más largos. Aunque todavía se necesita más investigación, "los hallazgos son prometedores en ofrecer un vínculo directo desde el bienestar psicológico al envejecimiento y la salud a nivel celular", escribieron los autores.
La revisión señala que en muchos de estos estudios, es posible que una mejor salud pudiera conducir a mejores estados emocionales, y no al revés. Dado que la mayoría de los estudios sobre este tema son observacionales, es posible que otras variables (que no fueron o no podían ser controladas) sean también responsables de cambios en la felicidad y la salud.
Pero en general, los autores escriben, la evidencia es lo suficientemente fuerte como para afirmar que el bienestar subjetivo puede influir en la salud y la longevidad, "al menos en algunos casos". La pregunta ahora, aseguran, es por qué la felicidad parece estar ligada a la salud para algunas personas más que otras.
"Es como con los cigarrillos: no sabemos por qué algunas personas viven hasta los 100 a pesar de que fuman, mientras que otras mueren de cáncer a los 50 años y nunca fuman un día en su vida", señaló Diener. "Ser feliz ciertamente no es una garantía de que uno va a estar siempre sano, y es cierto que algunos estudios no han encontrado un efecto".
Una investigación de este tipo, es un análisis de 2015 entre un millón de mujeres, donde se descubrió que la felicidad no tuvo efecto sobre las tasas de mortalidad una vez que los autores controlaron la salud autoinformada de las personas. Esa investigación -y el frenesí de cobertura mediática que recibió- fue una de las razones por las que Diener quería defender los efectos de la felicidad con una revisión tan exhaustiva. En el caso de la conclusión anterior, Diener está en desacuerdo con los métodos. "La gente sana se siente fuertemente influenciada por la felicidad. Es realmente difícil de controlar para uno sin deshacerse de los efectos de la otra", dijo.
Diener espera ahora que su investigación pueda convencer a los médicos para comenzar a monitorear las emociones positivas -y no sólo las negativas- durante los exámenes físicos de rutina, al igual que lo hacen con preguntas sobre el ejercicio, el tabaquismo y el consumo de alcohol. Pero incluso si lo hacen, según él, la comunidad médica necesitará orientación sobre cómo intervenir o dónde derivar a los pacientes que reportan bajos niveles de felicidad.
La investigación de la felicidad también puede tener implicaciones para el público en general. "La gente está haciendo muchas cosas para mantenerse saludable: correr, andar en bicicleta, comer frutas y verduras", indicó. "Pero queremos recordarles que hay una cosa más que usted necesita trabajar que es el bienestar físico y emocional". Si bien hay un montón de consejos para reducir el estrés y la ansiedad, Diener asegura que el logro de la felicidad real va más allá de eso. "Aprender a disfrutar de la vida cotidiana, ser más agradecido y tener relaciones realmente positivas también es importante", señaló.