Descubren el origen de las alergias y por qué solo algunos las padecen
Un equipo de científicos identificó el causante de las reacciones alérgicas en el sistema inmune. Cuáles son los posibles beneficios del hallazgo
Se acerca la primavera, la época en la que las alergias retoman un protagonismo importante. Estornudos, ardor de ojos, segregaciones mucosas y picazón, entre otros respuestas orgánicas, vuelven a atormentar a muchas personas a razón de una enfermedad cuyo origen aún no estaba claro. Hasta el momento.
Un nuevo estudio analizó el grupo específico de células que desencadenan las reacciones alérgicas, arribando a un resultado que podría ayudar a determinar no sólo por qué algunas personas tienen alergias, sino también cómo bloquearlas.
Científicos estadounidenses del Instituto de Investigación Benaroya en Virginia Mason en Seattle, Washington, descubrieron un subconjunto de células inmunitarias que, afirmaron, son las causantes de la afección.
Las reacciones alérgicas surgen de una respuesta inmune inapropiada a sustancias inofensivas -como el polen- iniciadas por un grupo de células inmunitarias conocidas como el subconjunto TH2 o las células T "auxiliares" de tipo 2.
Hasta ahora no se había logrado distinguir entre las células TH2 causantes de la alergia de las células útiles que desempeñan un papel importante para defender al organismo contra los patógenos. Sin embargo, la nueva investigación publicada en la revista Science demostró seis marcadores de superficie en células problemáticas TH2 que las diferencian de las demás.
Los expertos observaron que las células inductoras de alergia, que se denominaron TH2A, estaban presentes en 80 individuos alérgicos a una variedad de sustancias, incluyendo polen de los árboles, moho, ácaros del polvo doméstico y maní, pero no así en 34 personas sin alergias.
Estas células produjeron múltiples moléculas de señalización inflamatoria y los investigadores advirtieron patrones de expresión génica únicos en células TH2A que implicaban vías que conducían a respuestas alérgicas.
El trabajo podría beneficiar a los pacientes a través de nuevos tratamientos y maneras de monitorear la enfermedad. Por ejemplo, los científicos podrían evaluar los ensayos de inmunoterapia oral siguiendo cuáles tratamientos eliminaban las células TH2A o desarrollar formas de prevenir la formación de las células específicas.