La partida de Lucas Alario al fútbol alemán golpeó como un puñal al corazón de River, pero la historia no se termina ahí. Cuando las pulsaciones bajen, el foco estará puesto en el nuevo problema que se le abre al club. Más allá de que el Pipa es un jugador clave y casi imposible de reemplazar por jerarquía, el libro de pases ya cerró y el Millo no inscribió a nadie a último momento. Así las cosas, las opciones quedan muy acotadas: con el cupo de extranjeros completo, más la imposibilidad de sumar jugadores que ya hayan jugado la Libertadores actual, la única opción sería un argentino que tenga el pase en su poder y llegue en condición de libre.

Gallardo ya avisó que traer a un jugador en estas condiciones es más que complicado, ya que en su filosofía no cabe la posibilidad de incorporar a cualquiera. Ya vivió en carne propia que muchos players jamás logran pasar el período de adaptación a River. E incluso si hubiera alguno disponible, recién podría sumarse a la lista copera en caso de que el Millo llegue a semifinales, momento en el cual se pueden realizar tres modificaciones con los ya fichados.

Por eso, para los cuartos de final en Cochabamba contra Wilstermann (la ida será el jueves 14 de septiembre), Gallardo deberá arreglarse con lo que tiene a mano, que no es mucho. Scocco, Borré y Nico De La Cruz, quien aún no debutó. A ellos podría sumársele Larrondo, si se recupera de su última lesión.