Por lo menos 136 personas murieron en la ciudad de Hama, en el centro de Siria, tras lanzar el Ejército un ataque en esta ciudad rebelde, dijo un militante opositor. El régimen del presidente Bashar Al Asad endurece su represión de las protestas un día antes del inicio del ramadán, el mes santo del ayuno para los musulmanes.

Las tropas avanzaron en Hama. Antes, unidades especiales había cortado el suministro de agua y electricidad. Los tanques abrieron fuego en zonas residenciales y los tiradores de precisión tomaron posiciones en los tejados de los edificios.

"Llovieron granadas sobre la ciudad. Los soldados disparaban a todo lo que movía", relató uno de los activistas la dramática situación. "Los ciudadanos se escondieron en las escaleras de los edificios y en los sótanos para evitar los disparos", añadió.

Las fuerzas de seguridad de Asad se habían retirado por completo hace semanas de Hama, uno de los focos de la protesta, pero desde entonces se han ido realizado allí protestas con regularidad y con una considerable participación.

Esta misma ciudad fue en 1982 fue escenario de la sangrienta represión por parte del pase de Asad, Hafiz, quien mató a entre 10.000 y 30.000 ciudadanos, según las fuentes, tras una revuelta islamista.

Mañana comienza en la mayoría de países árabes y también en Siria el ramadán. Los activistas sirios anunciaron que durante el mes santo se manifestarán todos los días. Hasta la fecha las concentraciones de protesta contra el gobierno, que comenzaron a mediados de marzo, se venían realizando los días festivos. Durante el ramadán, los fieles visitan todas las noches las mezquitas, donde germinaron las protestas en Siria.